La entrada a la Barranca de Oblatos, situada a espaldas del edificio de la policía de Guadalajara, en el Periférico Gómez Morín, ajusta ya 16 días cerrada debido al derrumbe que se presentó el pasado 28 de julio, precisamente en el camino que lleva a la pista de atletismo, motivo por el cual hubo necesidad de impedir el paso a los visitantes.
Ya comenzaron a reparar el daño y se espera que en un plazo que podría ser entre un mes y 90 días, aproximadamente, aquello vuelva a ser seguro para los paseantes.
Desde luego que los visitantes frecuentes se sienten afectados por la prohibición de paso y esperan que el gobierno acelere el paso de la reparación, para volver a hacer uso de esa indispensable área verde
Una cuadrilla de siete personas trabajan prácticamente de sol a sol, para efectuar la restauración del camino que fue materialmente cortado por el derrumbe.