Guadalajara, Jalisco.

En los últimos 10 años, Jalisco ha sufrido un serio problema de desaparición de personas y fosas clandestinas, al punto de liderar las estadísticas en el país. Su papel como la capital del lavado de dinero y la diversificación del crimen organizado están ligados a esta crisis que padece el Estado. 

Así lo explicó la periodista y profesora del Iteso, Alejandra Guillén, quien indicó que las autoridades deben dar una explicación. 

“Yo sospecho que algo debe tener que ver que somos como la capital del lavado de dinero y que el control económico está aquí. Es decir, un nuevo orden político económico que debe estar como enquistado en esta zona (...)

Como el texto que hizo Agustín del Castillo justamente para ustedes en un reportaje escrito donde vemos como una desaparición de un ganadero en la Sierra Norte está vinculado con un problema, o sea, como justamente estos grupos criminales, empresas tienen todos los negocios tomados, y todas las personas están sometidas y son las que firman y las que tienen que digamos, como limpiar este robo de ganado, porque se trataba de un asunto de robo de ganado.

Lo que vemos es que justamente ya no es sólo un asunto de drogas, sino que parecería que la violencia de esta manera les permite tener el control de todos los negocios”.        

Además de las personas desaparecidas y las fosas clandestinas, Alejandra añadió el reclutamiento forzado y cómo se ha convertido en una nueva forma de esclavitud para los grupos con mayor poder económico y político. 

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Recordó los casos de Tlajomulco, Mazamitla y en la región de los Altos, donde la población ha quedado indefensa ante la falta de seguridad y los pactos entre las autoridades y el crimen organizado. 

“Yo creo que parte del desafío, además de ver lo económico es realmente quiénes son los que están mandando, debe haber, es que no puede existir este nivel de desaparición de personas, si no hay personas en los más altos niveles que tengan algún pacto (...) 

“Esto de la ausencia del Estado en realidad es intencionado, por lo tanto hay fuerza del Estado, donde parecería que las comunidades, los pueblos no tienen otra opción para sobrevivir que aliarse con uno o con otra empresa porque si no, los matan a todos.

Estamos llegando a un punto de esta aparente ausencia pero en realidad no, debe haber algún tipo de pacto”.

Fotografía: José Barragán

Aunque todos los sectores del Estado se ven afectados, Alejandra Guillén hizo hincapié en que los más vulnerables son las personas con pocos recursos económicos o que ya sufren algún otro tipo de violencia.