Autlán fue una ciudad populosa desde 1525: revelan datos demográficos de la época prehispánica en coloquio regional celebrado en Autlán.
El documento de 1525 no solo abrió la jornada académica, sino también una reflexión colectiva sobre el valor de la historia local.




Como parte del coloquio “500 años de historia escrita en el suroeste de Jalisco”, realizado en el Museo Regional de las Artes de Autlán, la Dra. Lilia Victoria Oliver Sánchez presentó una ponencia sobre el pasado prehispánico de la región.

Su exposición se basó en el documento fechado el 4 de mayo de 1525, redactado por el escribano Francisco de Vargas y considerado el primer registro escrito sobre Autlán.

Un retrato temprano de Autlán en el siglo XVI

Según este registro colonial, Autlán contaba con 2,200 casas y 4,400 hombres casados, lo que permite estimar una población aproximada de 17,600 personas, aplicando métodos demográficos aceptados para estudios de la época.

Esta cifra convierte a Autlán en una de las poblaciones más numerosas del occidente mesoamericano al momento de la llegada de los españoles.

“Autlán debió causar una fuerte impresión a los primeros españoles, lo que explicaría que la calificaran como ciudad, algo poco común en los registros de la época”, señaló la historiadora.

Además de cifras, el documento ofrece detalles sobre el entorno natural y las actividades productivas. Autlán aparece descrito como un valle fértil, rodeado de arboledas de frutas, cuyos habitantes se dedicaban principalmente a la agricultura, en particular al cultivo de maíz y ají.

Autlán fue una ciudad populosa desde 1525: revelan datos demográficos de la época prehispánica en coloquio regional celebrado en Autlán.

La Dra. Lilia Victoria Oliver Sánchez durante su ponencia sobre el documento de 1525, considerada la primera referencia escrita sobre Autlán.

La lógica tributaria detrás del registro

Un aspecto clave del análisis fue la forma en que se obtenía la información censal. Oliver explicó que los españoles registraban únicamente a los tributarios, es decir, a los varones casados, pues eran los responsables de pagar impuestos a la Corona. Las mujeres, los solteros y los niños quedaban fuera del conteo.

“A Francisco de Vargas solo le interesaba saber cuántos hombres podían pagar tributo. Por eso no se registraron mujeres y niños ni solteros”.

Descenso poblacional tras la conquista

La investigadora contrastó el documento de 1525 con registros posteriores del siglo XVI, revelando un descenso poblacional dramático en pocas décadas, producto de la conquista.

  • A finales del siglo XVI, Autlán sólo registraba 200 indígenas.
  • Esto implica un descenso del 99% en la población.
  • Las causas incluyeron enfermedades, violencia militar y el sistema de encomiendas.

“Los viejos me dicen que esta era una ciudad con una gran población… y ahora sólo quedan 200 indios”, cita uno de los documentos mencionados.

Grana cochinilla: riqueza que no aparece en el primer registro

Aunque la grana cochinilla no figura en el documento de 1525, registros posteriores demuestran que Autlán debía tributar con este producto. La historiadora planteó que los líderes indígenas podrían haber ocultado información estratégica a los conquistadores.

“Le ocultaron a Francisco de Vargas que Autlán tenía dos pueblos sujetos, entre ellos Nochiztlán, donde se cultivaba la grana”, explicó Oliver.

Durante el periodo virreinal, la grana se convirtió en uno de los productos de mayor valor económico para la Corona española junto con la plata y el oro.

Autlán fue una ciudad populosa desde 1525: revelan datos demográficos de la época prehispánica en coloquio regional celebrado en Autlán.

Una mirada al pasado regional desde el presente: Autlán fue sede de un coloquio que reunió voces expertas en historia y memoria.

Un documento clave para la historia regional

La Dra. Oliver concluyó subrayando el valor del documento de 1525 como una fuente temprana sobre la estructura social, económica y cultural del Autlán prehispánico.

“Aunque a ellos solo les interesaba contar hombres casados, el documento es riquísimo. Tiene una enorme riqueza etnográfica, demográfica y social. Es un documento fundamental para nuestra historia.”, afirmó.

La ponencia de la Dra. Oliver subrayó el valor de los registros tempranos para comprender la historia local desde sus propias fuentes. Documentos como el de 1525 ayudan a reconstruir la memoria de comunidades que rara vez figuran en los relatos centrales de la historia nacional.


Silvestre K´anil Díaz Landeros