Canasta básica, un lujo culinario | Buscar lo más vital



Guadalajara, Jalisco. 

Hasta ahora, ninguna medida ha podido frenar la inflación en México.

Y mientras la gente busca cubrir sus necesidades y comprar lo más barato que encuentra en el mercado porque el salario no le alcanza, tampoco cuestiona de dónde proviene lo que van a consumir, quiénes participaron en la producción, qué recursos naturales se explotan para obtenerlos o, simplemente, ¿por qué cuesta lo que cuesta?

El modelo económico actual, que rige a la mayoría de los países, hace que los precios de los alimentos, bienes y servicios, no reflejen los costos reales. La directora ejecutiva del Colectivo Ecologista de Jalisco (CEJ), Maite Cortés, detalló por qué es necesario pensar en las implicaciones que tiene la decisión de consumir tal o cual producto; es decir, conocer dónde inicia y termina el proceso.

“Desde la perspectiva económica, normalmente los precios no reflejan los costos, por algo que los economistas llaman las ‘externalidades’. Por ejemplo, uno puede comprar un kilo de jitomate ‘muy barato’ porque externalizan el medio ambiente y la salud de los productores, el uso de plaguicidas, la contaminación y sobreexplotación del agua, toda una serie de impactos que cuestan más, pero que no se ven reflejados en el kilo del jitomate”, explica Cortés.

Fotografía: María Ramírez Blanco.

Actualmente, existen dos tipos de producción: industrial y responsable.

La primera responde a una producción de grandes cantidades para obtener mayores ganancias, pero a costa de la explotación de los bienes naturales y del trabajo de otras personas. Así ocurre, por ejemplo, con el aguacate en Jalisco.

El segundo de los casos está basado en las necesidades reales de la población. Se distingue por haber una cercanía entre productores y consumidores, con un proceso respetuoso del medio ambiente, y un uso mínimo o incluso nulo de agroquímicos.

Maite Cortés comparte un ejemplo de lo que significa un consumo responsable:

“Porque eso tiene que ver con apoyar a los productores que están tratando de conservar cultivos locales, nativos, que no son comerciales. Yo no creo que vamos a ver a Nestlé o un Seven Eleven promocionando una mermelada de pitaya”.

Foto: Feria de Productores

La pandemia de Covid-19 aumentó 81% las compras por internet 

La consecuencia: más plásticos, basura y combustible quemado

Un ejemplo claro de las prácticas depredadoras en la producción de insumos se vivió en 2021, debido al confinamiento por la pandemia de Covid-19. Entonces, las compras por internet aumentaron 81 por ciento, según la Asociación Mexicana de Venta Online. Esto significó un incremento en el uso de plásticos, generación de basura y uso de combustibles.

La respuesta del Gobierno de México a esta realidad fue el nuevo plan contra la Inflación y la Carestía, que junto con 15 empresas del sector alimentario pretende reducir 8 por ciento el precio de la canasta básica para que la gente ahorre 100 pesos.

-¿Y cuáles son las secuelas que se advierten con este plan?-

Por una parte, el Gobierno federal propone eximir de todo trámite y permiso o impuesto general de importación a esas 15 empresas, lo que significa quitar las barreras de inspección sanitaria.

Así es: los alimentos entrarán sin regulación sanitaria alguna, lo que puede afectar en la salud de la población.

Fotografía: Rocío López.

Ante decisiones como esas, la directora del Colectivo Ecologista de Jalisco puntualizó que Jalisco carece de incentivos que animen a las personas a ser críticas en su manera de consumir. Esto, pese a que México forma parte de la Agenda 2030 que marca los Objetivos de Desarrollo Sostenible que apela a la equidad y al cuidado del medio ambiente.

“No existe una política pública activa que en este momento que incentive mejores prácticas de consumo y producción. Quisiéramos que la hubiera. Por ejemplo, políticas que incentiven a los productores a que en su empaque y embalaje no caigan en esta trampa de lo compostable y biodegradable como lo está vendiendo el maquillaje verde de los plásticos”, señala Maite Cortés, Directora ejecutiva del Colectivo Ecologista Jalisco.

Foto: Feria de Productores

Maite refirió que uno de los mejores actos para transitar a un consumo responsable es consumir productos locales, hechos por los vecinos de la cuadra o los amigos.

En el Área Metropolitana de Guadalajara existe una Feria de Productores que se ubica en la colonia Tepeyac, en Zapopan, en el Club de Leones. Ahí se reúnen decenas de campesinos cada domingo para vender sus productos a granel.

Sin embargo, esa no es la única solución.

Te invito a que no te pierdas la quinta y última parte de este trabajo especial, donde te explicaré por qué sí hay luz al final del túnel: Canasta básica, un lujo culinario.


María Ramírez Blanco