Académicos del CU Costa Sur alertan sobre el “estrés invisible” y sus riesgos




Imagen: Cartón de K’anil Cartooning. El estrés silencioso se esconde en la precariedad laboral y termina en burnout.

AUTLÁN DE NAVARRO, JAL.— En el programa A Nuestra Salud de Radio Universidad de Guadalajara en Autlán, académicos del CU Costa Sur advirtieron que el estrés, al volverse constante, deja de ser una reacción natural del cuerpo y se convierte en distrés o estrés crónico.

El problema, subrayaron, es que este fenómeno suele normalizarse: no siempre es visible, pero se manifiesta con síntomas físicos y emocionales que pueden enfermar en silencio.

El estrés invisible no se ve, pero se siente y puede enfermarnos en silencio. Mantener al cuerpo en alerta permanente provoca desgaste físico y emocional que, tarde o temprano, termina cobrándose con enfermedades

Académicos del CU Costa Sur alertan sobre el “estrés invisible” y sus riesgos

Imagen ilustrativa

Los especialistas recordaron que el estrés crónico impacta cuerpo, mente y conducta: dolores de cabeza, tensión muscular, problemas de sueño, hipertensión, colitis nerviosa, ansiedad y depresión.

En México, el estrés laboral alcanza a tres de cada cuatro trabajadores,  lo que sitúa al país entre los más golpeados a nivel mundial. Según datos de organismos internacionales, este desgaste se relaciona con el 26% de los infartos y el 23% de los eventos cerebrovasculares, además de un marcado aumento en el ausentismo laboral y en los cuadros de ansiedad y depresión.

Las consecuencias no solo impactan la salud individual, también representan un desafío para la productividad, la estabilidad familiar y los sistemas de salud.

Académicos del CU Costa Sur alertan sobre el “estrés invisible” y sus riesgos

Imagen ilustrativa. El estrés laboral y el burnout afectan a millones de trabajadores en México y el mundo.

Aunque en la charla se abordaron principalmente los efectos del estrés invisible, el fenómeno no puede desligarse de la realidad laboral en México, donde gran parte de la población enfrenta condiciones precarias: ausencia de prestaciones, salarios bajos y empleos sin contrato formal ni seguridad social.

Estos factores, documentados por encuestas nacionales e internacionales, incrementan la incertidumbre cotidiana y alimentan la sensación de vulnerabilidad, lo que convierte al ámbito laboral en un terreno fértil para la ansiedad, el desgaste emocional y el estrés crónico.

Emisión del programa radiofónico A Nuestra Salud

Factores que lo detonan

El estrés crónico no aparece de la nada: se alimenta de los hábitos de vida y del entorno cotidiano. La presión por estar siempre disponible en el trabajo, las jornadas largas, el ruido constante en las ciudades, la inseguridad económica y la dependencia de las pantallas son algunos de los principales detonantes.

Estos factores, cuando se acumulan y se normalizan, convierten una respuesta natural del cuerpo en un estado permanente de tensión que afecta la salud física y mental.

  • Hiperconectividad y respuesta a mensajes fuera de horario.
  • Sobrecarga laboral y jornadas extensas.
  • Ruido ambiental, tráfico y estrés financiero.
  • Exceso de pantallas, sobre todo antes de dormir.

“Vivimos en la era del ‘estar siempre ocupados’ y eso está enfermando a nuestras sociedades. Si no aprendemos a desconectarnos, el costo será muy alto.”

Académicos del CU Costa Sur alertan sobre el “estrés invisible” y sus riesgos

Imagen ilustrativa

Señales de alerta frecuentes

Entre las señales más comunes del estrés crónico se encuentran la irritabilidad, la dificultad para concentrarse, las palpitaciones, la sudoración excesiva y la sensación de falta de aire. También puede reflejarse en cambios en el apetito, aislamiento social o en el uso problemático de sustancias.

Medidas prácticas de prevención:

  • Pausas activas: 5 minutos cada 20–40 de trabajo para moverse, hidratarse y respirar.
  • Ejercicio ligero diario (20–30 min caminar, bici, bailar).
  • Higiene del sueño: evitar pantallas al menos 1 hora antes de dormir.
  • Red de apoyo: hablar con amistades o familia; buscar atención psicológica si los síntomas persisten.
  • Desconexión laboral fuera de horario: acordar reglas claras en equipos de trabajo.

La invitación de los académicos es clara: reconocer a tiempo el estrés crónico y atenderlo puede marcar la diferencia entre el bienestar y la enfermedad.


Silvestre K´anil Díaz Landeros