Guadalajara, Jalisco.

Este 2023 se cumplió medio siglo del disco ‘The dark side of the moon’,  el octavo álbum de estudio del grupo británico de rock progresivo Pink Floyd, material que es considerado como una obra maestra por críticos y fans.

Del cómo se gestionó, el momento interno que vivía la banda y cómo se percibe a 50 años de su lanzamiento, se abordó en un coloquio en FIL Guadalajara en donde los protagonistas fueron Benjamín Salcedo Villarreal, director de Rolling Stone México; Enrique Blanc, periodista y escritor musical y el escritor Juan Villoro.

El álbum fue publicado el 1 de marzo de 1973 en Estados Unidos, y el 24 del mismo mes en Inglaterra y para el director de Rolling Stone México es la punta de lanza de una carrera sin precedentes para David Gilmour, Nick Mason, Richard Wright y Roger Waters, integrantes de banda quienes se exigían al máximo para que su sonido experimental, de ese entonces, fuera único y pionero en muchos aspectos.

"En la canción 'Time' suenan relojes despertadores, Alan Parsons, el ingeniero de Abbey Road que lo estaba produciendo, se fue con una grabadora portátil a una tienda de relojes y fue grabando uno por uno los sonidos de los relojes y después en Abbey Road en la mezcla final del disco lo armo.

De tal manera, lo que nosotros oímos es la sobreposición de muchas grabaciones convertidas en muy pocos canales para que sonara como nosotros lo oímos".

El 6 de octubre de este año Roger Waters lanzó el disco 'The Dark Side of the Moon Redux', una "reimaginación" del álbum original con la característica de nuevos registros vocales de Water, hecho que Enrique Blanc calificó como carente de ingenio.

"Nos sirve como un espejo para compararlo con la verdadera brillantes de la obra original realizada por cuatro talentos en un momento clave de su relación donde todos estaban muy abiertos a las ideas de todos.

Nick Maso construye el collage inicial de «Speak to Me», canción que abre el álbum, quien no era sólo el percusionista, ejemplo de ello es el efecto de las palpitaciones que hace con un tambor. El disco nace de un momento muy importante para los cuatro integrantes donde esa química se percibe".

• En ese mismo sentido Juan Villoro, enfatiza que la nueva versión es algo valiente pero a la vez patética.

"Al principio, él abre con una especie de confesión autobiográfica que dice "Muy pronto me voy a morir", es digamos como Pedro Páramo antes de convertirse en montón de piedras, es algo dramático, triste, valiente como confesión pero luego lo que ocurre pasa de lo dramático a lo patético porque va encimando narraciones que agregan muy poco a una música que era maravillosa y además le quita toda la riqueza instrumental y la reduce a su versión más esquelética, entonces es ya como el cadáver del disco contado por un anciano agonizante. No sabemos si es un atrevimiento o un caso extremo de senilidad".