Río Atemajac baja su nivel tras semanas de lluvias, pero persiste la contaminación
Foto: Julio León




Guadalajara, Jalisco.

En el corazón de la Zona Metropolitana de Guadalajara, el canal a cielo abierto del río Atemajac ha vuelto a ser protagonista, esta vez por un respiro.

Tras un mes y medio de intensas lluvias que provocaron inundaciones en diversos puntos, las últimas dos semanas han traído una disminución en el caudal, ofreciendo una tregua a los vecinos y comerciantes de zonas como Atemajac del Valle.

La tranquilidad actual contrasta con la tensión vivida. La crecida del río, una constante preocupación durante el temporal, puso en jaque a las comunidades cercanas. Sin embargo, la ausencia de desbordamientos mayores, como los registrados en años anteriores, genera alivio, aunque persiste el desafío de la contaminación.

El Valle de Atemajac, donde se asienta gran parte de Guadalajara, tiene una historia ligada a sus cuerpos de agua. Originalmente, ríos como el San Juan de Dios y arroyos como el Atemajac eran vitales para la región.

Río Atemajac baja su nivel tras semanas de lluvias, pero persiste la contaminación

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Hoy, la urbanización ha transformado el paisaje, convirtiendo estos cauces en canales que, al superar su capacidad por las lluvias torrenciales, se convierten en vías de desborde y riesgo.

La experiencia reciente, si bien no tan devastadora como en el pasado, subraya la vulnerabilidad de radicar junto a un cauce que históricamente ha moldeado la ciudad.

“Afortunadamente en el transcurso de la mañana no ha estado lloviendo, entonces nos deja trabajar. En la noche sí ha estado provocando lluvias, pero sí sube el canal, alcanza a subir casi al nivel de la barda que tenemos aquí alrededor, pero no ha rebasado hasta ahorita el límite de agua como en otros años, que ha llegado al nivel de la banqueta.

Entonces, gracias a Dios, es favorable que no ha subido tanto el temporal de lluvias. Pero sí ha fluido bastante el agua y está muy contaminada, porque viene de diferentes partes. Entonces sí huele feo, tiene un olor muy desagradable".

“Nos ha dejado trabajar el temporal de lluvias, gracias a Dios, pero esperemos que así siga.”

Alberto, taquero y vecino de la zona, describe cómo las lluvias nocturnas han permitido el trabajo diurno, tanto para él como para otros comerciantes de Avenida Patria, en el cruce con Federalismo.

Pese a que el nivel del río ha subido "casi al nivel de la barda", no ha rebasado la banqueta como en años anteriores, una situación que en el pasado llenó de lodo y afectó al Mercado de Atemajac.

Por  Julio León