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Siete años después de que el primer decreto de área natural protegida estatal les dio estatus para frenar su degradación, los cuatro polígonos de bosque mesófilo de montaña o bosque de niebla, en el Nevado de Colima, su principal promotora, la bióloga del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Sonia Navarro Pérez, confirmó la enorme riqueza relativa de sus formas de vida, y el gran desafío que implica protegerlos a mediano plazo.
Fue el modo de completar un esquema de protección de lo más valioso de la montaña más alta del occidente mexicano.
La académica del CUCBA dirige el programa de monitoreo cuyos registros de fauna van al alza; demuestran que este tipo de bosque es en términos relativos, tan rico como las selvas húmedas de Chiapas o Chimalapas. Pero además, son los más amenazados por el creciente calor que acarrea en esta región del mundo el cambio climático global.
Es fundamental que se mantenga el financiamiento y los servicios ambientales empiecen a ser pagados por sus beneficiarios, los estados de Jalisco y Colima, para dar larga vida a esta área natural protegida.