Autlán de Navarro, Jalisco.

A pesar de que el presupuesto federal con perspectiva de género ha crecido un 150% en los últimos tres años, su impacto en comunidades rurales y municipios pequeños sigue siendo limitado. Mientras que en el discurso oficial se resalta el avance en la equidad de género, en la realidad, muchas mujeres aún carecen de acceso a refugios, programas de apoyo y justicia efectiva.

De acuerdo con información presentada en el programa Voces Disidentes de Radio universidad de Guadalajara en Autlán, el Anexo 13 del Presupuesto de Egresos de la Federación, que financia programas para la igualdad entre hombres y mujeres, ha registrado incrementos significativos desde 2021. No obstante, el 90% de estos recursos han sido destinados a programas de asistencia social, dejando con menos financiamiento otras áreas como la erradicación de la violencia de género y la eliminación de la discriminación.

Falta de refugios y servicios en municipios

Uno de los puntos más críticos analizados en la emisión del programa fue la falta de infraestructura de apoyo a mujeres víctimas de violencia en municipios rurales. Aunque el presupuesto federal contempla la creación de refugios especializados, en regiones como Costa Sur y Sierra de Amula en Jalisco no existe un solo refugio disponible.

"Las cifras nos muestran avances en el discurso, pero en la práctica, si una mujer en Autlán o cualquier municipio cercano necesita protección, no hay un espacio seguro al que pueda acudir. Lo que hacemos es tratar de esconderla o buscar redes de apoyo informales", explicó la doctora Gracia Patricia Michel Vázquez, especialista en políticas presupuestarias con perspectiva de género.

Esta situación refleja una de las principales fallas en la asignación del presupuesto: los recursos se planean desde los escritorios en Ciudad de México, sin considerar las condiciones específicas de cada región. Mientras que en las ciudades hay acceso a refugios, programas de apoyo y centros de atención, en comunidades rurales estos servicios son prácticamente inexistentes.

Las mujeres jornaleras, invisibilizadas en el presupuesto

Otro sector desatendido es el de las mujeres jornaleras agrícolas, quienes en muchas ocasiones son jefas de familia, trabajan en condiciones precarias y carecen de acceso a servicios básicos. A pesar de la creciente inversión en equidad de género, no hay programas específicos dirigidos a esta población en el presupuesto federal.

"Si se hiciera un diagnóstico adecuado, nos daríamos cuenta de que las jornaleras agrícolas están en una situación de extrema vulnerabilidad. Muchas de ellas migran constantemente, no tienen seguridad social y sus hijos e hijas crecen en condiciones de riesgo", señaló Michel Vázquez.

Retos pendientes: implementación y transparencia

El análisis también reveló que, a pesar del aumento en el presupuesto, su implementación y evaluación son deficientes. En muchas ocasiones, los programas se quedan en el anuncio oficial y las fotografías de inauguración, pero no reciben el seguimiento necesario. Un ejemplo de ello es la falta de mantenimiento en hospitales públicos, que afecta de manera desproporcionada a las mujeres en situación de vulnerabilidad.

Además, la burocracia sigue siendo un obstáculo para que los recursos lleguen a donde realmente se necesitan. Trámites excesivos y la falta de flexibilidad en las reglas de operación impiden que las beneficiarias accedan a los programas, lo que se traduce en servicios ineficaces o inaccesibles en el momento en que se requieren.

El aumento del presupuesto federal con perspectiva de género es un paso positivo, pero su impacto real sigue siendo limitado. Las mujeres en comunidades rurales, indígenas y en situación de vulnerabilidad siguen sin acceso a los servicios que se supone deberían estar financiados con estos recursos.

Expertos coinciden en que es necesario descentralizar la planeación del presupuesto, mejorar la fiscalización de los recursos y garantizar que las políticas públicas realmente lleguen a quienes más lo necesitan. Sin estos cambios, la equidad de género en México seguirá siendo solo un objetivo en el papel y no una realidad para millones de mujeres.