Gómez Farías, Jalisco.
Desde hace tres meses, la señora Sagrario Guzmán, sufre los efectos de la sequía, ella es ama de casa, pero también agricultura y desde hace tres meses tiene que acarrear el agua, para evitar perder sus cultivos.
La señora Sagrario, es de la comunidad de El Rodeo, municipio de Gómez Farías, ahí la población acostumbra a sembrar y producir sus alimentos orgánicos, libres de químicos, basados en la agroecología, y de un tiempo a la fecha, el agua que cosechaban de las lluvias ya no es suficiente para hacer frente en la temporada de sequía, ahora todos acarrean agua para llevar a sus parcelas y ganado.
“La mayor parte de la comunidad y de los pueblos aledaños se dedican a la siembra y al cultivo de lo que es el frijol y hortalizas, y si recienten porque antes yo no veía que acarrearan el agua, porque si ya tenían pozos o si como le digo ya captaban de la lluvia, no carecían mucho de sequía. Y ahora veo que la mayor parte de las personas andan acarreando agua en sus camionetas. Ya todo mundo tiene sus pequeñas pipas o sus tinacos para estar llevando agua a las parcelas, para sus animales y los que siembran de riego, pues también acarreando el agua”.
En una extensión de dos hectáreas, más uno terreno pequeño, Sagrario junto con su mamá tienen árboles frutales y siembran maíz, calabaza, frijol, cilantro, zanahoria, ejote, jitomate, entre otros alimentos, aunque en esta temporada de altas temperaturas, descartan sembrar rábano y otros alimentos que requieren de mayor cantidad de agua.
“Ha habido plantas que se nos han secado porque son de mucha agua, entonces, ahorita estamos viendo, estamos seleccionando las plantas que usen menos agua, por ejemplo, ahorita tenemos lo que son cilantros, acelgas, que retienen el agua, el cilantro porque lo necesitamos y rábanos ya no sembré, rabanitos ya no sembré y calabazas de riego ya no sembré, porque hace mucha falta el agua”.
Para Sagrario, hay distintas razones detrás de esta escasez de agua, y la tala ilegal y el cambio de uso de suelo se encuentran entre las principales. Y eso sin contar el uso de desechables y explotación de los mantos acuíferos.