Guadalajara, Jalisco.

Nuevas construcciones se fincan de manera hormiga en el bosque La Primavera, a pesar de que están prohibidas desde 1980.

Este año, tres ciudadanos han denunciado ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) un nuevo giro comercial con fines de lucro denominado glamping.

Muestra de glamping en el bosque La Primavera. Foto: Violeta Melénde

Se trata de una serie de alojamientos estilo domo que se ofrecen al cliente como una experiencia para entrar en contacto con la naturaleza bajo una atmósfera rústica, pero que el decreto de protección vigente en La Primavera no lo permite.

De acuerdo con las denuncias a las que Canal 44 tuvo acceso, mismas que fueron admitidas por la Profepa, dicho glamping denominado El Encanto, en el kilómetro 10.8 de prolongación Mariano Otero, realizó cambios de uso de suelo.

Es decir, taló arbolado nativo y desmontó vegetación para construir los domos y los espacios de esparcimiento que ofrece vía redes sociales al público.

Foto: Violeta Melende

En una visita al sitio se encontró que cuentan con restaurante, luces, área de fogatas que están prohibidas en el bosque, así como canchas deportivas y los alojamientos.

De hecho, uno de los denunciantes es el Organismo Público Descentralizado de La Primavera, que señala el cambio ilícito de uso de suelo sin permisos y afectación a la fauna con dichas actividades.

El plan de manejo vigente de la también Reserva de Biosfera especifica que esa zona del bosque forma parte de la zonificación de uso público, es decir, sí puede existir turismo de bajo impacto como senderismo, días de campo, caminatas, zonas para acampar y observación de aves.

Sin embargo, el mismo documento señala que está prohibido el cambio de uso de suelo y las construcciones públicas o privadas dentro del ecosistema, ya que se trata de una zona de protección federal de flora y fauna.

Además, no es el primer glamping irregular sino el segundo, ya que el previo también carece de permisos pero sigue operando, pese a haber sido denunciado por el OPD ante la Profepa.

Foto: Violeta Melénd

De hecho, un diagnóstico del propio organismo revela que en los 40 años que tiene el decreto, la construcción de asentamientos humanos ha crecido 53 veces, es decir, mientras en 1980 solo había 3 hectáreas invadidas con fincas, en 2019 creció a 169 hectáreas pese a estar prohibido.

• Entre las construcciones irregulares que se han extendido impunes en el bosque figuran casas, terrazas, restaurantes, caballerizas, hoteles de perros y recientemente glamping.