Diferencias entre el erotismo y la pornografía, son delimitadas en la FIL 




Guadalajara, Jalisco.

Desde sus inicios el erotismo ha sido plasmado en la literatura, el tiempo pasa, las sociedades evolucionan, los tabúes caen y la prosa se enriquece ya no solo por hombres sino de mujeres y diversas voces que nutren y elevan la conversación.

Manuel Vilas, Ana Clavel, Enrique Serna y Luisa Valenzuela abordaron el tema en la FIL en donde uno de los comunes denominadores fue el de delimitar con exactitud el erotismo de la pornografia, pues para Vilas, la llegada de las redes sociales erradicó la división y las nuevas generaciones confunden los términos.

"El erotismo es la entrega de la intimidad".

Calificó al erotismo como una de las partes más misteriosas del ser humano y lamentó que se reduzca a algo a un aspecto tan banal. Vilas describe el erotismo como la entrega de la intimidad a otro ser humano que contempla física y psíquicamente.

Enrique Serna, autor de cuentos como Amores de segunda mano, El Orgasmógrafo y La ternura caníbal, denominó a la pornografía como un encuentro erótico desprovisto de emociones, totalmente frío, desangelado y torpe que explota la frustación sexual que hace desear mucho más de lo que se puede satisfacer.

"El deseo satisfecho es un bien, el deseo frustrado es un mal que puede tener consecuencias funestas desde la amargura, hasta la violencia", sentenció.

Por su parte Ana Clavel celebró que ya no son dos platos sobre la mesa cuando se habla de erotismo, al referirse a los diferentes géneros sexuales que ya se han visibilizado en la sociedad actual.


Héctor Navarro