Berlín, Alemania

La policía de la ciudad alemana de Dresde fue blanco de críticas al respaldar públicamente un oficial una protesta xenófoba que tuvo lugar en la ciudad el lunes coincidiendo con el festejo del 26 aniversario de la reunificación alemana.

El oficial había estado a cargo de la seguridad de la manifestación de Pegida, el movimiento antiislámico surgido en octubre de 2014 justamente en Dresde en protesta contra la política de apertura hacia los refugiados de la canciller Angela Merkel. A través de un altavoz, el agente deseó "un día de éxito" a los xenófobos.

Sus superiores se distanciaron del comentario alegando que había violado la neutralidad que exige la función. Afirmaron que no reflejaba "la filosofía" de la Policía y anunciaron la apertura de expediente.

Las celebraciones del día de la reunificación en Dresde fueron interrumpidas por miles de manifestantes que llamaron "traidora" a Merkel y también insultaron al presidente del país, el ex pastor protestante del este alemán Joachim Gauck, frente a la emblemática iglesia Frauenkirche de Dresde.

Rico Gebhardt, líder del opositor Partido La Izquierda de Sajonia, la región en la que está ubicada Dresde, sostuvo que la Policía municipal "toleró, permitió y por momentos ofreció soporte técnico" a los participantes de la protesta derechista.

Valentin Lippmann, de Los Verdes, demandó que el caso sea investigado a fondo. "Tiene que haber una señal al público de que se vela por la la neutralidad propia de la Policía".

El ministro del Interior de Sajonia, Markus Ulbig, confesó que se sentía "avergonzado como ministro y como ciudadano" por el hecho de que los agentes del orden no hubiesen hecho un buen trabajo.

Las alarmas se dispararon en Dresde al estallar a fines de septiembre dos explosivos cerca de una mezquita y de un centro de conferencias. Este fin de semana fueron quemados dos automóviles en un ataque incendiario.

La opinión pública alemana se ha polarizado desde que el año pasado ingresaron unos 890.000 migrantes procedentes del Cercano Oriente, Medio Oriente y África. La llegada de solicitantes de asilo mayormente musulmanes ha sido agua para los molinos de los populistas de derecha, que este año encadenaron varios éxitos electorales.