Guadalajara, Jalisco
Algunos pescadores evitan hablar sobre la reciente recomendación emitida por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) para que se investigue la presunta comisión de delitos contra la biodiversidad y se resarzan los daños, por la contaminación de la laguna de Cajititlán.
El enojo los embarga por la pérdida de la actividad económica, que mantuvo dignamente a sus familias por décadas.
La muerte de toneladas de popochas en 2014 dejó al descubierto la contaminación de la laguna de Cajititlán por descargas.
Según estudios realizados por la CEDH y la Universidad de Guadalajara (UdeG), el agua no es apta para el consumo humano.
La contaminación extinguió varias especies: carpa, sardina y charal. De los 193 miembros de la Cooperativa de Pescadores de Cajititlán, el 30 por ciento o menos siguen activos.
Al día, cada uno saca tres kilogramos de mojarra, la única especie que se mantiene en la laguna. El kilogramo se vende en 12 o 15 pesos. Bajo estas condiciones, la mayoría saltó a otros empleos para poder sobrevivir. En el pasado quedaron aquellos días, en los que cada uno pescaba de 40 a 50 kilogramos.
La actividad turística por los Reyes Magos, los Patrones de Cajititlán, se ha consolidado como la principal fuente de ingresos de los habitantes de la delegación de Tlajomulco de Zúñiga. Los visitantes no han dejado de llegar a los restaurantes. Las lanchas de los pescadores, ahora se rentan para paseos.
Los restauranteros dejaron de ofrecer producto local para no perder comensales.
La recomendación de la CEDH está dirigida a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), a la Comisión Estatal del Agua, al Ayuntamiento de Tlajomulco de Zúñiga y a la delegación de la Procuraduría General de la República para que busquen una solución integral y se castigue a los culpables de la contaminación.