Butoh: la danza que emula los cuerpos tras los bombazos de Hiroshima, se presenta en el Teatro Diana
Fotografía: Cortesía




Guadalajara, Jalisco.

Hace más de 70 años cuando se representó esta danza por primera vez en Japón, el país se escandalizó debido a las grotescas caras de los bailarines y sus movimientos tan poco ortodoxos. Movimientos febriles, sexuales e irracionales. Es el butoh. Es el baile de los lamentos. Es el baile del dolor humano que usa el cuerpo como vínculo de la desgracia para convertirla en una expresión artística.

Alfonsina Riosantos, bailarina y directora de la compañía Camino Cuerpobutoh, nos introduce en esta disciplina japonesa que nació al finalizar la Segunda Guerra Mundial y que precisamente uno de sus referencias visuales eran los cuerpos medio muertos que se arrastraban entre los escombros tras la detonación de la bomba nuclear de Hiroshima.

"Como un nuevo planteamiento de la figura humana. Cómo se reconstruye el cuerpo a partir de la degradación, de la tragedia. Su construcción o su dinámica de trabajo no va hacer algo sencillo, sin duda te va exigir de mucha tensión, te va a exigir de mucha concentración porque te está lanzando un rigor estético pero al mismo tiempo te está obligando a la reflexión".

Para Melisa J. bailarina de la puesta, hay algo peculiar y único al adentrarse en este tipo de danza.

"Yo me formé en otro ámbito, en el clásico, entonces al explorar el Butoh si veo una diferencia a lo que se refiere a esa apertura a la imaginación, como a lo que a veces se menciona mucho en el Butoh, de vaciarte, quizás también un poco a lo que dice Alfonsina del silencio. Te vacías para que tu cuerpo se mueva conforme...dejas al cuerpo realmente hablar".

¿Y cómo es la reacción del público?

"Lo que me gusta del público es eso precisamente, que es eso que no están entendiendo pero que lo están mirando como algo como algo extraño y vivo. Eso me parece fascinante. A veces la gente se acerca, nos cuenta. Yo lo suelo percibir (la reacción del público) desde el cuerpo, es una energía que está ahí moviéndose".

Fotografía: Cortesía

La puesta en escena se presenta todos los sábados de agosto en el Estudio Diana en punto de las 20 horas con un costo de 200 pesos.

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Héctor Navarro