Voces femeninas, justicia social y diversidad: los triunfos del FICG 2025
Foto: Héctor Navarro




Guadalajara, Jalisco 

Historias de resistencia, justicia digital, lucha contra el despojo territorial y exploraciones íntimas de la identidad femenina marcaron el rumbo de los premios entregados en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) 2025, donde el Premio Mezcal consagró a obras dirigidas por mujeres que abordan con profundidad las complejidades de la vida contemporánea en México.

El documental Llamarse Olimpia, de Indira Cato, se alzó como la mejor película de esta edición al obtener el codiciado Premio Mezcal. La cinta retrata la lucha de la activista Olimpia Coral Melo, pionera en la creación de leyes contra la violencia digital de género, y símbolo del combate por los derechos de las mujeres en el país. El jurado reconoció la relevancia de su enfoque y la potencia de su narrativa para hablar de un tema urgente y poco visibilizado.

Doce lunas, ópera prima de Victoria Franco, quien obtuvo el premio a mejor dirección. La realizadora, hermana del cineasta Michel Franco, fue celebrada por su “mirada distinta y estética cautivadora”, así como por la solidez de una propuesta visual que también le valió el reconocimiento a mejor fotografía, gracias al trabajo del cinefotógrafo Sergio Armstrong, elogiado por “sus cualidades formales, desde sus encuadres, iluminación y puesta en escena”.

Protagonizada por Ana de la Reguera y Enrique Arreola, Doce lunas sigue la historia de Sofía, una arquitecta de 40 años que, tras atravesar una pérdida devastadora, debe reconstruirse en medio de una crisis emocional y existencial. “Gracias al FICG por darme la posibilidad de presentar mi película. Por darnos la pantalla para proyectar el vacío existencial que arrastran las adicciones. A Ana de la Reguera, por su generosidad frente a la cámara, confianza y entrega para mostrar la vulnerabilidad y pasiones que hay en cada uno de nosotros”, expresó emocionada Franco durante la ceremonia.

En el rubro actoral, Emiliano Zurita fue reconocido con el premio a mejor interpretación por su papel de Justino Compeán en la comedia y falso documental Autos, mota y rocanrol, que revive con humor el mítico Festival de Avándaro.

Otro de los filmes más celebrados fue Boca Vieja, de Yovegami Ascona Mora, que retrata la vida de una comunidad oaxaqueña amenazada por el despojo y los embates de la naturaleza. La cinta obtuvo mención honorífica, el premio del jurado joven y el del público, considerado uno de los galardones más importantes por ser un termómetro del impacto emocional de las obras. La película muestra “la resistencia de la comunidad ante la fuerza de la naturaleza y las presiones externas”, destacando su conexión con el territorio y sus raíces.

En la sección de Largometraje Iberoamericano de Ficción, el premio a mejor película fue para O último azul, una coproducción entre Brasil y México dirigida por Gabriel Lascano. En tanto, la mejor ópera prima iberoamericana fue Molt Lluny, del español Gerard Oms, quien también recibió mención honorífica en el Premio Maguey por su película Muy Lejos.

La mejor dirección en esta categoría fue para Eva Libertad por Sorda, mientras que La mejor madre del mundo, de Anna Muylaert, ganó por mejor guión y fotografía, además de una premiada interpretación de Shirley Cruz.

En documental iberoamericano, Tardes de soledad, de Albert Serra, fue la mejor película, y Eco de luz, de Misha Vallejo Prut, recibió el premio a mejor dirección. El galardón a mejor fotografía fue para el equipo detrás de La guitarra flamenca de Yerai Cortés.

El Premio Maguey, que celebra la diversidad sexual y de género en el cine, otorgó su máximo reconocimiento a Sabar Bonda, de Rohan Parashuram Kanawade, mientras el jurado distinguió a Lesbian Space Princess, de Leela Varghese y Emma Hough. La mejor interpretación fue para Denise Weinberg por su papel en O último azul.

En otros rubros, el premio al mejor largometraje internacional de animación fue para Olivia y las nubes, de Tomás Pichardo. El reconocimiento “Hecho en Jalisco” distinguió a No gracias ya no fumo, de Diego Toussaint, mientras que La mosca en la pared, de Mar Novo, fue el mejor cortometraje jalisciense.

El premio de cine socioambiental fue para The mountain won’t move, de Petra Silskar, y el Rigo Mora de animación se entregó a Luz diabla.


Héctor Navarro