Guadalajara, Jalisco
La ceremonia de clausura del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) no solo reconoció lo mejor del cine iberoamericano, también se convirtió en un espacio para expresar posturas políticas y llamados urgentes por la justicia internacional.
Uno de los momentos más contundentes fue protagonizado por Uri Aloni, director y miembro del jurado en la categoría de Largometraje Iberoamericano de Ficción, quien aprovechó el escenario para vincular su visión del cine con la situación en Palestina.
“Como jurado de este festival me mueven cintas que devuelven la fe en un cine que respeta a la clase trabajadora y la humanidad compartida”, dijo.
Luego, como cineasta judío, expresó: “Debo decir que la única forma de vivir mi identidad es con mi total solidaridad hacia el pueblo palestino… como artistas tenemos el deber de decir con claridad: ¡Detengan el genocidio!”.
Otro pronunciamiento llegó con el productor Abraham Escobedo-Salas, al recibir el premio FIPRESCI por su película En el fin del mundo. Portando una bandera palestina, lanzó un llamado a los medios:
“Presionamos al Estado mexicano para que haga más e invitamos a la prensa, dado que este premio es dado por ellos, que sigan hablando de Palestina… hay más de 210 periodistas ya asesinados, es nuestra responsabilidad hablar de esto”.