Guadalajara, Jalisco.

Los 280 habitantes de Chimo, municipio de Cabo Corrientes, Jalisco viven “en un paraíso”. Así lo cree Gilberto Joya Carrillo, quien ha vivido ahí desde que nació.

Chimo es una playa alejada a 30 kilómetros y dos horas y media por vía marítima desde Puerto Vallarta y a tres horas por vía terrestre de la cabecera municipal de El Tuito.

Dada su lejanía, quienes habitan en Chimo tienen carencias en servicios de salud y comunicación. La actividad económica prioritaria es la pesca y para que puedan comercializar mejor los productos del mar y que llegue más turismo se requiere un muelle, explicó Javier Joya Joya, quien se dedica a la compra-venta de pulpo y pescado.

La obra del embarcadero quedó trunca desde hace más de 20 años. Se hizo la mitad de los trabajos y los candidatos cada elección les prometen concluir ese proyecto.

“Eso el muelle, terminando con esa obra nos iríamos arriba, pero no lo tenemos. Se necesita una inversión grande para terminarlo. Se quedó a la mitad, lo empezaron antes del año 2000 y ahí lo dejaron”, refirió.

Javier Joya, comerciante de productos del mar. Foto: Ignacio Pérez

Gilberto Joya, quien bucea y saca pulpo para sostenerse económicamente precisó que cuando se enferman deben trasladarse en lancha a Yelapa, con un costo de 350 pesos o a la población de El Refugio, en taxi, por 1,200 pesos, a 30 minutos en ambas rutas.

“La pura verdad, nosotros aquí estamos en un paraíso. No nos hace falta nada, gracias a Dios. Cuando se enferma uno, tenemos centro de salud. Si hay un piquete de alacrán aquí tenemos inyecciones y si te pones malo, te vas por panga a Yelapa, hacemos media hora. A El Refugio (por un camino rural) hacemos media hora, pero casi nunca hay doctores", señaló.

 Gilberto Joya, buzo y pescador. Foto: Ignacio Pérez

Los habitantes de Chimo también le piden a su presidente municipal y al próximo gobernador o gobernadora que desazolven el río El Limón, que en esa zona se desborda en varios temporales, como sucedió con el paso de la tormenta “Narda”, en 2019, cuando arrastró diez viviendas, entre ellas la de la señora Karina Hernández, quien lo perdió todo.

“Pues queremos que nos arreglen el río, porque a mi ya me robó mi casa “Narda” y no nos apoyaron y pedimos que ahora lo arreglen bien, porque vinieron y no lo arreglaron bien. Tienen que hacerlo más hondo y ponerle malla. Perdí mi casa, todos mis bienes con “Narda”, hace como cinco años”, manifestó.

Al fondo se ve el embarcadero  de Chimo a medias. Foto: Ignacio Pérez

• En Chimo, sus pobladores viven en un paraíso, pero alejados del apoyo de las autoridades municipales y estatales.