¿Qué le pasó a Jaime Barrera? Crónica y análisis de sentimientos




Omar Guillermo García Santiago

Cristian David Rodríguez Pinto

Guadalajara, Jalisco. 

Cuando Jaime cayó sometido sobre el piso de la camioneta supo que aquello no era un atraco. Tampoco un secuestro. Sus captores buscaban su teléfono para rastrear de dónde había sacado la información que había publicado. El descuido por dejar su celular en casa le salvó la vida.

- No te hagas pendejo, ¿dónde está el celular?

- No lo traigo. Lo olvidé en mi casa. 

“Entonces hacen una llamada para pedir indicaciones”. 

Era el lunes 11 de marzo de 2024, cerca de las dos de la tarde. Los videos de las cámaras de seguridad de la colonia Jardines de San Ignacio, justo frente a La Gran Plaza, muestran que Jaime salió de la estación radiofónica tranquilamente, sin sospechar lo que pasaría después.

Jaime tenía un acuerdo con una vecina, quien le permitía estacionar su camioneta afuera de su casa, frente a la estación de radio. Pero esa tarde, al abrir la puerta del conductor notó algo inusual: un coche blanco estaba estacionado delante del suyo.

Antes de que pudiera reaccionar, un hombre armado corrió hacia él y le apuntó directamente. Jaime pensó que se trataba de un asalto e intentó entregar las llaves de su camioneta, pero las palabras del atacante lo congelaron: “No queremos el coche, te queremos a ti”.

Sin oportunidad de resistirse, el periodista fue rodeado y sometido por cuatro hombres armados que lo subieron a una camioneta, su primer lugar de cautiverio. Vendado, con las manos atadas y una capucha en la cabeza, Jaime escuchó las insistentes preguntas de sus captores: ¿Dónde está tu celular?

Han pasado semanas desde aquella tarde. Vestido de traje, pero sin corbata, Jaime está sentado en una silla para contar de frente su cautiverio.

Afuera de la oficina esperan dos guardaespaldas que le asignó el Mecanismo federal de Protección a Periodistas. En el lugar donde lo obligaron a subir a una camioneta para vivir las peores horas de su vida, ahora lo espera un vehículo blindado. 

“Entonces, cuando se dan cuenta que no traigo el celular, ellos le marcan a una persona para recibir instrucciones, pero es cuando noto que empiezan a improvisar.

Me dicen que le marque al celular de mi hijo, pero no me lo sé. Piden autorización para que me lleven a mi casa a recoger el teléfono, pero se dan cuenta de que no es una buena idea”.

El vehículo donde lo llevan es seguido por la camioneta que pertenece al comunicador, y ésta es conducida por un integrante del grupo de captores.

La Fiscalía de Jalisco dirá, 24 horas después, que la banda estaba integrada por tres o cuatro personas. Jaime no lo tuvo claro: durante el traslado llevó la cara en el piso, los ojos vendados y comenzó a recibir los primeros golpes.

Pasaron cuatro horas desde el rapto de Jaime para que sus compañeros de trabajo en Televisa Guadalajara notaran que una de las caras más reconocidas en los medios de comunicación de Jalisco no llegara para conducir el noticiero estelar nocturno. 

Esta es la historia del rapto que sufrió Jaime Barrera el 11 de marzo de 2024.

Pero también es la historia de cómo la información incompleta, errónea y sin verificar, puede ocasionar una psicosis social y el desprestigio de los periodistas. Y muchas veces, alentada por las propias autoridades. 

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Jaime Barrera tenía 56 años cuando se lo llevaron. La ficha de búsqueda que la Fiscalía publicó esa noche, cuando la televisora donde trabaja confirmó que estaba desaparecido, dice lo siguiente: 

Tiene el cabello negro, ondulado y corto. Su complexión delgada se distribuye en 172 centímetros: ojos verdes, mentón partido. Usa traje. Su rostro es de los más conocidos de la ciudad: conduce el noticiero nocturno. 

  • Cualquier tapatío puede afirmar que Jaime Barrera es de las caras más visibles del periodismo en Jalisco. Además de ser el conductor estelar de Televisa Guadalajara, escribe una columna en el periódico más longevo de la ciudad: El Informador. Es el titular de un noticiero radiofónico vespertino en Líder Informativo y, además, es parte del equipo de periodistas del Canal 44 de la Universidad de Guadalajara. 

Jaime desayuna, come y cena periodismo. Sus colegas y amigos lo conocen como alguien a quien le gusta despertar temprano para leer los periódicos.

Es parte del selecto grupo de comunicadores que fundó el periódico Mural, donde trabajó como reportero y responsable de la sección local. Luego fue director de la franquicia de Milenio en Guadalajara, de donde salió para encontrar un espacio en El Informador. Acumula 35 años como periodista. 

A Jaime le gusta la política y trata de entender las decisiones que repercuten en las vidas de los ciudadanos.

Su vasto repertorio de anécdotas deleita a quienes lo abordan en los pasillos de sus sitios de trabajo. Convive con la clase política para escuchar chismes y “trabajar a las fuentes”. Por eso, cuando empezaron los primeros reportes de su desaparición, más de alguno de esos amigos lo vio con cierto escepticismo. 

“Seguro se quedó en algún lugar, platicando”. “Es Jaime, va a andar por ahí. Tranquilos. Al rato aparece”. Esas dos frases las dijeron sus amigos más cercanos cuando se oficializó la desaparición del periodista. Las horas posteriores fueron alimentadas por escepticismo y por vacíos de información provocados desde el Gobierno de Jalisco.

 —— 

En la primera casa de seguridad a la que lo llevaron, Jaime está tirado boca abajo. Tiene los ojos vendados. Le quitaron su traje y le pusieron una playera rosa. “De niña”, le dijeron. Imaginó que querían ridiculizarlo. Romperlo. 

Sigue escuchando las preguntas de sus captores. 

Quieren saber la fuente que le dio información precisa y detallada de los reacomodos dentro del Cártel Jalisco Nueva Generación. 

Le acercan unos perros feroces y hambrientos a la cara. Los oye gruñir, ladrar y babear.  Azuzan a las fieras y lo amenazan para que hable.

Quieren nombres, datos, información que los haga llegar a la fuente. Le preguntan cuánto le pagan, quién le da la información. Quieren saber cuánto dinero tiene en sus cuentas y en cuáles bancos. Los perros están a nada de devorarle la cara. 

Jaime recuerda no haber comido nada en 48 horas; quizás bebió un poco de agua. Era tanta la adrenalina que perdió el apetito. Y si algo le dieron para drogarlo, tampoco está en su memoria. 

Minutos después de que comenzó a circular la primera ficha de búsqueda oficial, el periodista Gonzalo Oliveros escribe a sus 233 mil seguidores en la plataforma X el primero de muchos tuits con información imprecisa: 

Jaime Barrera grabó esta tarde su programa semanal de Canal 44. Su teléfono se quedó con su pareja. Su vehículo apareció luego de que no llegara a su espacio de Canal 4 en Televisa”. 

Aunque errónea, la información fue filtrada desde la Fiscalía del Jalisco. Una de las fuentes de Gonzalo le había comunicado del operativo en la colonia Haciendas del Valle, donde se localizó la camioneta de Jaime. Minutos después, Itzul, la hija del comunicador, le respondió: “¿No tienes respeto por nadie? ¿Quién te autorizó a compartir información?”. 

La publicación duró poco más de una hora en la plataforma de la red social antes de ser borrada.  

Se acerca la medianoche.

El hallazgo de la camioneta abandonada de Jaime a 8 kilómetros de la estación de radio donde fue privado de su libertad es lo último que se sabe del periodista. Los periódicos están por cerrar edición y los noticieros televisivos están en los últimos bloques.

Por la madrugada, llega a las redacciones el reporte de un “69” en un canal de aguas pluviales al Sur de la ciudad.

Es la clave operativa policíaca para describir un cadáver del sexo masculino que tiene pocas horas de ser descubierto. Los reportes de las áreas de comunicación de los servicios de emergencia son así: fríos. Todos son números y códigos.

De nuevo, a través de chats de WhatsApp integrados por reporteros y funcionarios de comunicación social gubernamentales, las famosas “fuentes acreditadas” de la Fiscalía, como agoreros de lo peor, dan a entender que podría ser el cuerpo de Jaime.

  • Los servicios de emergencia acuden al punto, ubicado en la colonia Polanco de Guadalajara. Son los propios colegas del periodista quienes buscan desmentir la información. Se dirá, minutos después, que el “90” (servicio) fue atendido por 19 y elementos de Base 14 (Fiscalía); que el “69” tenía 36 horas de evolución cadavérica. Que era un “54” (persona sin hogar) y que estaba “01” (abandonado). 

Para traducir el lenguaje de los códigos, los periodistas memorizan claves y traducen. El tuit que fue publicado minutos después da un respiro, sin atenuar la tensión.

“Un hombre en situación de calle fue hallado muerto en el canal donde pernoctaba, ubicado en 8 de Julio y Luis Covarrubias, en la colonia Polanco de Guadalajara. El hombre de aproximadamente 55 años contaba con 36 horas de evolución cadavérica y la causa de muerte sería por enfermedad. #ReporteZMG

Han pasado casi 12 horas desde que fue encontrada la camioneta de Jaime Barrera. Ya es martes. 

Mientras las redes sociales se inundan con mensajes de solidaridad a la familia y de exigencia de una localización inmediata, la Fiscalía de Jalisco convoca a una rueda de prensa para confirmar que el periodista fue “levantado” por un comando de entre tres y cuatro personas.

La información es escueta, pero siguen las indagatorias, sostiene Luis Joaquín Méndez Ruiz, un fiscal que no puede responder muchas preguntas porque “se escuda en el sigilo de la investigación”.

Después de mostrar unos videos de las cámaras de seguridad instaladas por toda la ciudad bajo el nombre de C5, se exhibieron fotografías del seguimiento a la camioneta de Jaime, sin advertir que eran dos vehículos los que participaron en la captura.

Los captores usaron el auto del periodista como señuelo para despistar a las autoridades. Pero este dato se sabrá después. Mucho después.

Jaime cuenta que ese martes fue trasladado a una segunda casa de seguridad, donde continuaron los interrogatorios y las amenazas.

Fue golpeado con un “palo fierro”, un tablón reforzado que es azotado y que obliga a la víctima a perder el conocimiento ante tanto dolor. A él le dieron cinco tablazos en las nalgas y en la espalda. Le dejaron la piel negra.

En redes sociales, los amigos de la familia comienzan a organizarse. Quieren a Jaime de regreso lo antes posible. En el chat de los ex Mural, donde participan 300 ex colaboradores del periódico, planean hacer un pronunciamiento.

De manera desesperada, las amigas de Itzul Barrera llaman a una concentración afuera de la residencia oficial del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, un político reconocido por su aversión a la crítica periodística.

En WhatsApp comienzan a circular las imágenes que invitan a participar, pero todo fue tan rápido y tan poco consensuado con la familia que los colegas de Jaime organizaron su propia protesta en la Plaza Liberación.

Al final, ambos grupos coinciden que lo mejor es que se haga una sola concentración que aglutine a todos. La cita es a las 18 horas en la Plaza Liberación.

“Habla con ellos y diles que, si quieren suspender el programa, irnos a negros como señal de protesta, o hacer el programa… lo que sea está bien. Lo que ellos consideren”.

Eso es lo que le escribí a Pablo Valadez, el productor del programa Con todo respeto que se graba los martes por la tarde en el Canal 44, donde soy director de noticias.

Ante el asombro y la expectativa de que Jaime volviera pronto, la decisión sobre la manera de protestar en uno de sus programas debía ser tomada por sus protagonistas. 

Jaime es parte fundamental en los primeros años de Canal 44. 

Luego de ser despedido como director de Milenio por haber publicado los exámenes reprobados de control y confianza de Salvador Caro, el otrora comisario de seguridad del entonces alcalde tapatío Enrique Alfaro Ramírez, en 2015, el periodista encontró un espacio de libertad para hacer entrevistas en el programa “Desde la Barrera” y, años después, como participante en el programa Con todo respeto, donde comparte espacio con Diego Petersen, Sonia Serrano, Erika Loyo, Jonathan Lomelí y David Gómez Álvarez.

Los que conocemos y trabajamos con Jaime Barrera sabemos de su compromiso con el oficio y lo mal que fue tratado por el Gobierno de Enrique Alfaro Ramírez. Entre colegas sabemos de las presiones que ejerció el ex mandatario para que fuera despedido de Milenio y para que Televisa se opusiera a contratarlo.

Ese martes 12 de marzo, tras la confirmación del rapto de Jaime, los colegas decidieron hacer el programa como de costumbre. Pero dejaron la silla de Jaime Barrera, junto con una taza que dice su nombre.

El simbolismo fue mayúsculo: debemos seguir haciendo nuestro trabajo, aunque hoy nos falte uno. Porque, como dijo Diego Petersen, alguien tiene que seguir reportando que nos falta Jaime.

Al día siguiente, el periódico El Informador hizo lo mismo: dejó en blanco el espacio donde comúnmente se imprime la columna de opinión de Jaime Barrera

Eran cerca de 300 las personas reunidas en la Plaza Liberación; la mayoría de ellas, periodistas. De repente, acompañada por sus hermanos, se acercó Itzul para dar un breve mensaje:

“Nosotros tres estamos orgullosos del padre que tenemos y lo vamos a esperar, porque sabemos que es alguien que va a regresar a casa porque él siempre regresa. Si él nos escucha o nos ve, que sepa que estamos fuertes, que estamos juntos, seguros de que regresará y estamos bien, sanos, enteros y, como siempre, vamos a salir adelante como familia”.

Los reporteros graban y fotografían a los hijos de Jaime, quienes están visiblemente emocionados y arropados por sus amigos más cercanos.

“Ustedes conocen a mi padre de muchos años; es su compañero de lucha. Somos sus tres hijos y estamos aquí para decir que queremos que regrese vivo y sano (...) Te queremos mucho papá, donde quiera que estés, que todos sepan que lo amamos y vamos a estar juntos todos otra vez”.

Las publicaciones en redes de Itzul fueron la única información de lo que pasaba con su familia. La hija mayor de Jaime forma parte de Morena, el partido político que barrió en las elecciones de 2024.

Será diputada plurinominal y, al menos mientras se escriben estas líneas, afirma que buscará ser la presidenta del partido en Jalisco.

Para escribir esta crónica se solicitó una entrevista con Itzul, quien respondió que había hecho un acuerdo familiar de no volver a hablar públicamente del tema.

“No fue un rescate ni un operativo. A mí nadie del Gobierno me rescató; todo fue una farsa”, reconoce Jaime Barrera. Ha pasado casi una hora desde que inició la entrevista. 

Cuenta que por la tarde del martes fue obligado a levantarse. Los hombres que lo vigilaban le dijeron que sería trasladado nuevamente. Con los pies y manos atados, lo subieron a una camioneta.

Mientras el vehículo avanzaba, Jaime no podía ver nada, pero los sonidos exteriores le daban pistas de que estaban en un trayecto largo. Sintió que fue más de una hora en carretera.

Los murmullos dentro del vehículo incluían frases que lo dejaron helado: “750 metros, aquí, sin pedo”, una distancia que podría ser la medida final de su vida. Jaime pensó que lo matarían y que esa era la distancia que le darían para que corriera y matarlo por la espalda.

La camioneta se detuvo abruptamente. Sintió la frescura de la noche en un despoblado. Jaime fue obligado a bajar de manera brusca y escuchó una orden tajante: “Camina, porque si volteas te mueres”. Lo hizo. Con las piernas temblorosas, caminó esperando que una bala terminara con su sufrimiento en cualquier momento. El disparo nunca llegó.

Escuchó que la camioneta se fue. Desorientado y en shock, Jaime continuó caminando hasta que las luces de una tienda comenzaron a hacerse visibles. Era una gasolinera y ahí había un OXXO. Estaba en Magdalena, un municipio ubicado a 76 kilómetros de Guadalajara.

Entró a la tienda y pidió ayuda. La empleada, una joven de rostro preocupado pero decidida a ayudar, rápidamente lo llevó a la parte de atrás.

Allí, entre susurros, Jaime pidió un teléfono para llamar a su familia. Fue en ese pequeño cuarto, rodeado de cajas y estantes, donde finalmente se sintió a salvo, aunque la adrenalina y el miedo seguían presentes.

A las 12:54 de la madrugada del miércoles, Jaime marcó el único número que se sabe de memoria: la casa familiar, donde vive su madre. Las primeras palabras que salieron de su boca fueron entrecortadas, llenas de emoción y alivio: “Estoy bien, mamá, estoy vivo. Pásame a uno de mis hermanos”.

A partir de ese momento se puso en marcha un operativo familiar. Sus hermanos, hijos y yerno, junto con algunos amigos, se dirigieron a Magdalena para rescatarlo. La empleada del OXXO, quien había mostrado una increíble capacidad para manejar la situación, se mantuvo firme, asegurándose de que Jaime permaneciera oculto hasta que su familia llegara.

Cuando finalmente lo hicieron, el periodista fue sacado rápidamente y llevado a un lugar seguro. Durante el trayecto a Guadalajara, Jaime comenzó a asimilar lo que acababa de suceder. A pesar del cansancio físico y emocional, su mente no podía descansar. Sabía que su vida nunca volvería a ser la misma.

La publicación de Enrique Alfaro, a las 6:39 de la mañana del 13 de marzo, confirmaba la aparición con vida de Jaime Barrera.

Dos horas antes, el comunicador Alfonso Márquez fue el primero en subir una fotografía donde se ve a Jaime de espaldas, abrazado por un costado de su hija, mientras un elemento de la Guardia Nacional, enfundado en su uniforme de militar, se dirige a él.

En ese momento se dijo que el hallazgo era fruto de una operación de las fuerzas militares. Falso. 

El tuit del entonces gobernador buscaba que el reconocimiento fuera para sus elementos:

“Hace unos momentos la Fiscalía de Jalisco y la Coordinación de Seguridad me confirmaron que el periodista Jaime Barrera ha sido localizado con bien.

Está en casa, que es lo importante, pero las investigaciones continuarán para esclarecer los hechos y dar con los responsables. Gracias, de corazón, a las corporaciones de seguridad y búsqueda por su trabajo y a la ciudadanía por su ayuda”.

  • Horas más tarde, acompañado por el fiscal Luis Joaquín Méndez; el coordinador de Seguridad Estatal, Ricardo Sánchez Beruben; y el titular de la Secretaría de Seguridad, Juan Bosco Agustín Pacheco Medrano, el gobernador ofreció una rueda de prensa para sugerir una nueva línea discursiva: no fue un secuestro, no fue un robo… no sabemos qué fue.

A partir de ese momento seguiría una nueva tortura: la desacreditación para tratar de vulnerar el prestigio de Jaime Barrera

No fue secuestro porque no se pidió rescate; no fue robo porque no se llevaron sus pertenencias y tampoco fue intento de homicidio. Se va a investigar si fue un mensaje por su trabajo, tal como lo dijo el propio Jaime Barrera”, declaró el jefe del Ejecutivo.

Jaime recuerda que el día de su liberación dio algunas entrevistas. La primera de ellas fue a Rodolfo Martín Guerrero, titular del noticiero matutino de Televisa Guadalajara. Ahí comienza a contar algunas escenas de tortura y sobre lo que le pedían los integrantes de la célula delictiva.

Eso lo detalló más tarde con Azucena Uresti, ya en cadena nacional. Para la tercera entrevista que iba a dar, cayó en cuenta que se ponía en riesgo.

El miércoles estaba en shock. No quiso ver ni hablar con nadie que no fuera su familia. No recuerda gran cosa: apagó el teléfono y trató de dormir. No dimensiona la cantidad de mensajes que lo aludieron en redes sociales.

“Veo cómo el gobernador da una conferencia el miércoles a medio día, y deja abierta la posibilidad de que haya sido… como que eso no fue un secuestro, eso fue otra cosa y vamos a investigar.

Lo que sí noto es que, acompañándose esta declaración, hay toda una generación de memes, de mensajes desvirtuando, pues, la versión que yo ya había dado a distintos medios”.

Los memes que alcanza a ver en X es su rostro en un hotel. Y mensajes donde se responsabiliza a la hija por haber provocado el “levantón”.

El contexto: el inicio de la campaña electoral donde Itzul es candidata de Morena, el partido antagonista de Movimiento Ciudadano. El mismo que llevó a Enrique Alfaro al poder.

Hay cosas que tampoco le cuadran a Jaime. Por ejemplo: una vecina levantó un reporte al 911 justo cuando los captores se lo llevaron en la camioneta, saliendo de la estación.

Otro ejemplo que no cuadra: un compañero de trabajo logró ver que ese grupo armado se llevó a una persona, pero por miedo se mantuvo en silencio durante horas, hasta que se confirmó que el desaparecido era Jaime.

Ambos hechos: el reporte de la vecina y la declaración del compañero de la estación, nunca fueron reconocidos públicamente por la Fiscalía de Jalisco.

“Me han comentado algunos compañeros que sí, desde la Fiscalía les filtraron que yo ya estaba muerto”.

El lunes 11 de marzo, momentos antes de iniciar la rueda de prensa donde la Fiscalía de Jalisco confirmó la privación de la libertad de Jaime, dos fuentes que hasta entonces eran confiables alertaron a Canal 44 que presentarían el deceso.

Fue tal el nivel de permeabilidad de esa información entre varios compañeros de la redacción, que ocurrió una crisis y una persona se desmayó, pues no soportó la idea de que su compañero estuviera muerto.

No había confirmación, sólo el dolo de esparcir una idea falsa.

“El grupo armado que me lleva siempre quiere hacerme creer que son parte de un cártel, pero la verdad es que a mí no me consta”.

Cuando Jaime llega a la Ciudad de México, donde rindió su declaración ante la Fiscalía, los integrantes del Mecanismo de Protección a Periodistas le recomiendan dejar de dar entrevistas, porque el vacío de información podría ocasionar declaraciones inesperadas, no corroboradas y, entonces, ser interpretadas como un desafío.

“Yo no sé nada. No sé si hubo una columna mía en específico que les molestara; no sé si ellos eran de un cártel”.

Jaime ha tenido que replantearse su vida cotidiana.

Todas las noches su sueño es velado por un guardaespaldas que pernocta fuera de su recamara.

Ha dejado de salir a los lugares que frecuentaba para tener vida social. Le gusta correr, pero su rutina ha cambiado: ahora se ha comprado una caminadora para hacer ejercicio en casa. Cree que su familia y su pareja son la fortaleza que le va a permitir superar esta mala experiencia.

Al final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador fueron asesinadas casi 185 mil personas; entre esos homicidios hay 47 periodistas.

En ningún otro sexenio ha habido tantos muertos. La historia de Jaime Barrera es la de alguien que se salvó, pero ¿qué haces con un periodista que está vivo? ¿Cómo proteger la reputación de un periodista que sobrevivió a un plagio?

Análisis de sentimientos

El frenético consumo de información de los ciudadanos a través de internet hoy influye en su capacidad de entendimiento de la verdad, definida como el consenso entre dos o más individuos respecto a un hecho, y su capacidad de organizarse.

En suma, lo que sucede en internet influye en la democracia, en la vida real (Han, 2022).

Una de las aproximaciones al entendimiento de la digitalizada cultura democrática contemporánea es el estudio de las expresiones humanas en ambientes digitales. Esto exige flexibilizar la metodología de investigación para adaptarla a los fenómenos de la comunicación digital.

En ellos hay una extensa disponibilidad de expresiones y de información para ser identificadas, registradas, interpretadas y sistematizadas, que requieren de recursos y procedimientos, precisamente, digitales” (Trejo en Flores-Márquez D. y González R., 2021).

El análisis de sentimientos es una metodología que abreva de las ciencias sociales y las ciencias computacionales para evaluar si un texto escrito en internet es positivo, neutral o negativo.

Su objeto de estudio son los mensajes escritos por usuarios en redes sociales y las unidades de análisis son las palabras empleadas que “pueden ser utilizadas para determinar la actitud de un usuario o de una red de usuarios sobre un producto, servicio o persona en particular” (Al-Otaibi y Al-Rasheed, 2022).

Una de las características distintivas del análisis de sentimientos es que puede procesar y clasificar una gran cantidad de textos simultáneamente, lo que suple una cuantiosa suma de tiempo y esfuerzo humano de interpretación (Rodríguez C., 2022).

  • De acuerdo con registros de las bases de datos Elservier’s ScienceDirect, IEEE Xplore Digital Library, Springer Liknk, ACM Digital Library y Wiley Online Library, los estudios de análisis de sentimientos han tenido un crecimiento promedio anual de 34% entre los años 2008 y 2022, y los temas en los que más se ha implementado son emergencias sanitarias, inteligencia de negocios, marketing y predicción de resultados electorales (Rodríguez-Ibánez et al., 2023).
  • A inicios del siglo XXI surgieron investigaciones para interpretar las opiniones de los usuarios en diferentes sitios de internet, pero a partir de 2008 Twitter (hoy X) se posicionó como la principal plataforma de microblogging en el mundo, y también la red social de cuya información se realizan más análisis de sentimientos, debido a que “la conversación ofrece una gran cantidad de información relevante para varios temas, útiles para facilitar la comprensión de los sentimientos de las personas” (Pérez Curiel y Limón Naharro, 2019).

Hoy, X es una de las redes sociales más utilizadas por ciudadanos para informarse y opinar sobre acontecimientos y noticias en el mundo, y en México tiene más de 11.1 millones de usuarios (Asociación de Internet MX, 2022).

Los mexicanos estamos utilizando tecnologías de información por primera vez para llevar a la discusión agendas que nos interesan, para forzar a los actores políticos a que rindan cuentas y para establecer un nuevo modelo de diálogo con la autoridad y con otros actores políticos y sociales (Vega A. y Merino J., 2010).

La implementación de estudios de análisis de sentimientos es crucial para comprender la comunicación en un momento en el que las reacciones emocionales juegan un papel central, y ahora pueden ser datificadas y cuantificadas, y la democracia se digitaliza cada día más.

Metodología 

Existen múltiples métodos para detectar el sentimiento predominante en un conjunto de textos. El presente ensayo adopta la taxonomía propuesta por Wang y Gan (2017). Ver Anexo 1.

El análisis de sentimientos basado en lexicón consiste en utilizar una lista de palabras a las que previamente se les asignó un valor numérico que representa su carga positiva, negativa o neutral; dicha lista se compara con el texto, o textos, analizado.

El lexicón basado en diccionario define palabras-sentimiento en un rango emocional numérico preestablecido arbitrariamente.

La construcción de un lexicón basado en diccionario se realiza de manera manual, lo que “consume mucho tiempo y podría ser ineficiente” (Singh et al. 2020), pero existen lexicones ya elaborados de libre uso. Uno de los lexicones diccionario más utilizados es el lexicón AFINN-111 (Nielsen, 2011) que consiste en una lista de 2,477 palabras en inglés, cada una etiquetada con una carga sentimental en un rango de -5 (negativa) a +5 (positiva). Una de las adaptaciones del lexicón AFINN-111 al lenguaje español es la que realizó Mendoza (2018), integrada por 2,476 palabras en el contexto de España, al que llamaremos lexicón AFINN-Mendoza.

El presente ensayo utiliza un lexicón diccionario llamado lexicón Fusionado (Rodríguez Pinto, 2024) que se conforma de 6,056 palabras, resultado de sumar las 2,476 palabras del lexicón AFINN-Mendoza más 3,580 palabras del lexicón Políticas Públicas México (Rodríguez Pinto), cada una de ellas etiquetada en un rango emocional de -5 (muy negativo) a +5 (muy positivo), considerando el 0 como neutral.

Para conseguir los tweets de X, y frente a la cancelación de los acceso académicos para la descarga de tweets mediante la API de Twitter (Calma J. 2023), se utilizó la herramienta de scraping -extracción automatizada de información de sitios web-.

Desde una nueva cuenta de X -para evadir los sesgos algorítmicos que podría tener un usuario común-, durante 38 días consecutivos, desde el 7 marzo hasta el 13 de abril de 2024, a diario se realizó una descarga de tweets con mención literal a las palabras “Enrique Alfaro” -no el usuario @EnriqueAlfaroR-, en alusión al gobernador del Estado de Jalisco, México.

Cada ejecución del algoritmo que usó la biblioteca Selenium en Python tuvo un desempeño distinto; el rango de tweets obtenidos en cada ocasión fue de los 7 hasta los 233.

Los datos obtenidos fueron tres: el usuario que emitió el mensaje, la fecha y hora de la publicación y el texto del mensaje, los cuales se almacenaron en un archivo .csv. Al término de los 38 días se obtuvieron 38 datasets en formato .csv con un total de 2,075 tweets (Rodríguez Pinto, 2024).

Se debe mencionar que el periodo de descarga fue establecido arbitrariamente, sin conocimiento de que coincidiría con el evento de desaparición del periodista Jaime Barrera el 11 de marzo de 2024 y su posterior liberación.

También se debe considerar que las ejecuciones diarias del algoritmo de descarga no garantizan que los tweets recabados respecto a un tema sean la totalidad de tweets producidos, cada día, respecto al mismo tema, en este caso el nombre del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro.

Procesamiento de datos

Para calcular el la polaridad sentimental de cada uno de los 2,075 tweets descargados se sometieron los 38 datasets a un algoritmo en RStudio que realiza las acciones que se describen en el Anexo 2.

La metodología descrita tiene un nivel de precisión probado del 64% respecto al etiquetado humano de tweets -como referencia, el etiquetado de inteligencia artificial tiene un nivel de precisión del 65% respecto al etiquetado humano- (Rodríguez Pinto, 2024).

Hallazgos

El análisis de sentimientos demuestra que, en el periodo de observación de 38 días, el tema “Enrique Alfaro” tuvo principalmente menciones positivas, excepto en el lapso del 11 al 13 de marzo, cuando las menciones, principalmente negativas, incrementaron 651%. Estos tres días coinciden con el periodo el que permaneció desaparecido el periodista Jaime Barrera.

La gráfica de las menciones a “Enrique Alfaro” el día 13 de marzo, fecha con la mayor cantidad de menciones negativas, muestra que dichas menciones incrementaron después de su conferencia.

De los 233 tweets que mencionaron “Enrique Alfaro” el 13 de marzo, 130, es decir el 55.5%, mencionaron literalmente a “Jaime Barrera”.

Aunque para entonces ya se sabía de su liberación -en la madrugada-, a partir de mediodía, después de la conferencia del Gobernador, los tweets que hicieron referencia al periodista fueron mayormente negativos. A continuación se reproducen literalmente algunos de esos mensajes y su valor emocional de acuerdo al procesamiento con el lexicón Fusionado.

Se observa que la mayor cantidad de tweets que mencionaron a “Enrique Alfaro” y “Jaime Barrera” después de la conferencia del gobernador fueron realizados por periodistas y medios de comunicación que reprodujeron la noticia, aunque también es posible ver algunos mensajes de usuarios que pusieron en duda la veracidad de la privación ilegal de la libertad padecida por el comunicador.

Durante los días 14, 15 y 16 de marzo, posteriores al hallazgo con vida de Jaime Barrera, la cantidad de tweets con mención a “Enrique Alfaro” disminuyeron significativamente y los clasificados como negativos, positivos y neutros fue similar; de los 187 tweets que mencionan a “Enrique Alfaro”, 143 mencionaron “Jaime Barrera”. 

¿Qué le pasó a Jaime Barrera? Crónica y análisis de sentimientos

Posterior a la coyuntura, los días 17, 18 y 19 de marzo, las menciones al gobernador incrementaron, principalmente los mensajes positivos, mientras que las menciones al periodista casi desaparecieron: de los 262 tweets con mención a “Enrique Alfaro”, sólo uno mencionó “Jaime Barrera”.  

¿Qué le pasó a Jaime Barrera? Crónica y análisis de sentimientos

Conclusiones 

La crónica de la privación ilegal de la libertad de Jaime Barrera y el análisis de sentimientos de tweets que mencionan al gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, antes, durante y después de la desaparición del periodista demuestran la existencia de dos fenómenos simultáneos: la realización de un hecho criminal y la comunicación digital en torno al mismo.

Los detalles narrados por el propio Barrera dan cuenta de la desorganización del Gobierno de Jalisco para lograr su rescate y la priorización de construir una narrativa triunfalista para contrarrestar la ola de críticas.

Con los resultados del análisis de sentimientos aquí realizado, se puede sugerir que durante el rapto de Jaime Barrera la conversación en torno a Enrique Alfaro fue progresivamente negativa del 11 al 13 de marzo de 2024 -con numerosas menciones al periodista-, mientras que equilibradamente neutral de los días 14 al 16 -posterior a su liberación- y ligeramente positiva de los días 17 al 19. 

La conferencia de prensa en la que el Gobernador de Jalisco anunció la aparición con vida del periodista provocó un incremento en la discusión en X torno al tema. Aún con el rescate, la mayoría de mensajes fueron negativos. Esto se debió principalmente a que periodistas y medios de comunicación replicaron las palabras -que el lexicón Fusionado procesa como negativas- emitidas por el mandatario: “desaparición” (-5), “secuestro” (-2), “robo” (-4), “homicidio” (-5).

Jaime Barrera afirmó en entrevista que, una vez liberado el 13 de marzo, cuando entró a X, vio varios mensajes y memes que se burlaron de él e incluso pusieron en duda la privación ilegal de la libertad que sufrió. El análisis de sentimientos aquí realizado documentó algunos de estos mensajes -ver Hallazgos-. Se debe recordar que el método aquí propuesto tiene dos limitantes: analizó los mensajes sobre el tema “Enrique Alfaro” y es incapaz de procesar imágenes o memes.

Como afirma Han (2022), la comunicación digital tiene repercusiones en el mundo físico. En este caso las tuvo en Jaime Barrera cuando leyó los mensajes que desestimaron el hecho de la privación ilegal de su libertad. Dichos mensajes deben seguir siendo documentados y estudiados, porque potencialmente alteran el entendimiento de la realidad por parte de los ciudadanos. En ese sentido, un área de oportunidad para los estudios de análisis de sentimientos es desarrollar la capacidad de interpretar mensajes multimedia: fotos, memes, videos. 

Bibliografía

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