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Tijuana.
Los salones lucen vacíos en el Centro Scalabrini de Formación para Migrantes.
Se quedaron sin maestros cuando el gobierno de Donald Trump suspendió la labor de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo, USAID.
Raúl Ochoa, Centro Scalabrini de Formación para Migrantes:
“Vino el “freezer, nos quedamos sin el apoyo”.
Ubicado en la fronteriza ciudad de Tijuana, normalmente imparten diversas capacitaciones que van desde soldadura hasta corte de pelo, sin cobrar a los alumnos.
“Nuestra prioridad es apoyar lo más que podamos a la inserción sociolaboral de las personas en situación de movilidad”.
El CESFOM perdió el 75% de sus fondos que llegaban mediante varias agencias internacionales como ACNUR, la oficina de ayuda de refugiados de Naciones Unidas.
Pat Murphy, Casa del Migrante de Tijuana:
“Hubo cortes de recursos económicos con varias organizaciones”.
El director de la casa del migrante, fundador del Centro de Capacitación, recurrió a sus redes sociales buscando donativos para continuar con sus servicios para los necesitados.
“Nos encontramos cortos de dinero para pagar nuestros gastos”.
La suspensión de la dispersión de fondos de USAID afectó albergues, comedores comunitarios y muchos otros programas que aliviaban la falta de apoyo gubernamental.
Sandra Magaña, regidora de Tijuana:
“Sí hay que voltear a ver todas estas asociaciones civiles que está haciendo la chamba, ahora sí que previamente del ayuntamiento”.
Organizaciones altruistas de ambos lados de la frontera tratan de compensar el recorte.
- Un grupo de San José, California, pagará para reactivar algunos talleres que fueron suspendidos. Aún así faltan donantes para otros programas.
Vicente Calderón, Voz de América, Tijuana.
