Juan Pablo Contreras hace historia en Guadalajara con una gala dedicada a su música
Fotos: Héctor Navarro




Guadalajara, Jalisco 

La sala Plácido Domingo del Conjunto Santander fue escenario de una velada histórica ya que el compositor y director tapatío Juan Pablo Contreras volvió a su ciudad natal para dirigir a la Orquesta Latino Mexicana en un programa completamente integrado por obras de su autoría.

Bajo el título Sinfonía Mexicana, la gala reunió piezas que el músico escribió a lo largo de cinco años.

La magnitud del acontecimiento quedó enmarcada en un dato: desde hacía 75 años ningún compositor nacional había dirigido en Guadalajara un concierto orquestal enteramente con música propia. El último en conseguirlo fue José Pablo Moncayo, referente indiscutible del repertorio sinfónico del país.

El público, que abarrotó la sala y lo recibió de pie, fue testigo de una experiencia poco convencional. Contreras no solo dirigió, también tomó el micrófono para relatar el origen de cada obra, compartiendo anécdotas y procesos creativos que dieron cercanía e intimidad a la velada.

La primera pieza fue La Silla, encargada por un empresario regiomontano vinculado al salto ecuestre. Contreras explicó que pensó en un ritmo que evocara el galope de un caballo y, para lograrlo, fusionó el huapango con influencias francesas. El resultado fue una partitura vibrante, llena de fanfarrias y energía rítmica.

Después llegó MeChicano, obra escrita en 2022 tras obtener la ciudadanía estadounidense. El compositor confesó que en aquel momento reflexionó sobre la identidad mexicoamericana y encontró inspiración en la figura de Selena y en los sonidos de la cumbia texana.

  • La pieza combina polka, trompeta y un aire festivo que remite a los bailes donde, en los años ochenta, los chicanos comenzaron a mezclar música mexicana con toques estadounidenses, construyendo así un estilo propio que afirmaba su orgullo cultural.

El programa continuó con Alma Monarca, inspirada en el nacimiento de su hijo y en las tradiciones de Janitzio, Michoacán, tierra natal de su abuelo.

Contreras señaló que la compuso durante un verano en Guadalajara, reflexionando sobre la continuidad de las generaciones y el sentido del Día de Muertos como celebración de la vida. El título evoca a la mariposa monarca, símbolo de migración y regreso, en paralelo con su propia experiencia personal y artística.

También sonaron dos de sus obras más representativas: la Sinfonía No. 1 “My Great Dream”, que reúne cuatro movimientos entrelazados por la dualidad entre Estados Unidos y México, y Mariachitlán, quizá la partitura más reconocida de su catálogo, donde el mariachi se expande a dimensiones sinfónicas.


Héctor Navarro