Jalisco vive su más desastrosa temporada de incendios forestales




Guadalajara, Jalisco.

525 incendios después, cuando el fuego ha pasado sobre 148 mil 556 hectáreas de bosques y selvas de Jalisco, de acuerdo al cierre de datos al 15 de junio de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la entidad ha alcanzado el segundo registro histórico más alto desde 1970 –sólo superada por Oaxaca y Chiapas en el aciago año 1998-, y confirma así sus enormes carencias tanto de política forestal como de presupuestos, de organización y de silvicultura. La alta factura se pudo haber evitado, advirtió el investigador de la UdeG, Enrique Jardel Peláez.

Jardel resalta que muy probablemente el bosque responderá de forma adecuada para restaurar sus daños, pero los costos transitorios a pagar a escala humana, en cuestiones como salud por mala calidad del aire, pérdida o reducción de flujo de agua, incremento de temperatura y posibles desastres por deslaves y aludes, son la otra cara que sí refleja de forma directa un desastre.

Javier Magaña Cárdenas, productor forestal del Sur de Jalisco, señaló otros factores relativos a la organización de los productores, además del bajísimo presupuesto, que no llega a 100 millones de pesos, como factores de la desvaloración del recurso forestal y la indiferencia de muchos jaliscienses a que se destruya.

Jalisco es sexto lugar en existencia de bosques en el país, pero es líder nacional en incendios, en pérdida de ecosistemas naturales, en superficie degradada y en “índice de corrupción”, señala el índice de competitividad forestal estatal emitido en 2014. La clave es que sigue ajeno el tema forestal a la economía. Y lo que no vale en el bolsillo del dueño, estorba. Es la gran explicación cultural del desastre forestal de Jalisco.


Agustín Bernardo Del Castillo Sandoval