Guadalajara, Jalisco. 

Jalisco tiene hasta la mañana del 8 de mayo de 2023, 750 incendios forestales registrados en la base de datos del Comité Estatal de Prevención y Combate de Incendios Forestales, sobre una superficie de 72,547 hectáreas, lo que ubica a la entidad en primer lugar nacional.

En 19 semanas del año 2023, los incendios forestales en Jalisco mantienen una tendencia en número y superficie similar a los de años previos.

La estadística histórica indica que tenderán a estabilizarse a partir de la semana 20; el momento más crítico en que los datos se disparan va entre las semanas 16 y 19, es decir, el final de abril y la primera quincena de mayo, lo cual ya estaría por superarse, si el patrón se repite, lo que hasta ahora se cumple aunque la opinión pública tiene presente que ya en el mes de febrero, el bosque La Primavera tuvo un par de incendios de consideración. 

El hecho de que el área metropolitana de Guadalajara haya vivido pronto los efectos nocivos de los incendios, sobre todo, por la fuerte contaminación, apunta a una percepción más drástica del problema.

Es verdad que se comenzó a lidiar con grandes deflagraciones, al menos quince días antes de lo habitual, y que la elevación de superficie afectada en las tres semanas entre abril y mayo dibuja una línea más empinada que en otros años, pero es importante mencionar que el bosque La Primavera ha tenido un registro todavía inferior al promedio, y que el incendio más grande de la temporada, La Mesa, entre Ojuelos de Jalisco y Lagos de Moreno, con 8,500 hectáreas quemadas, ocurrió a más de 170 kilómetros de la ciudad, y por ende, no la afectó.

El fuego en La Mesa brotó el 28 de abril, y alcanzó ocho días encendido, un récord en esta temporada, lo que explica la amplia superficie afectada. Para dar una idea de su tamaño, es similar a la superficie que se quemó en abril de 2012 en La Primavera, la segunda más grande que se haya registrado en ese bosque en cuatro décadas.

En general, la tremenda fragilidad del sistema institucional para la gestión del territorio en Jalisco, un estado exitoso en agricultura, ganadería, forestería y pesca, y en consecuencia, altamente expuesto al uso incorrecto del fuego, se juntó con los días más secos del año, para fabricar algunos de los incendios más grandes de la temporada.

El megaincendio en La Mesa no tuvo la atención mediática ni política del incendio nacido en el predio Las Guásimas, de Chiquilistlán, en la Sierra de Tapalpa, que amenazó a poblados de ese municipio y de Atemajac de Brizuela.

El fuego allí brotó el 30 de abril y fue apagado el 6 de mayo, con un efecto directo sobre 2,600 hectáreas. La razón es que es mucho más cercano al área metropolitana de Guadalajara, alberga intereses económicos de las élites tapatías, y la dirección de los vientos llevó el humo a la zona sur de la capital de Jalisco.

Si bien, la Sierra de Tapalpa tuvo tres incendios de grandes dimensiones desde el 28 de abril (El Carrizal, sobre 1,200 hectáreas; San Cayetano/Piedra de la Lumbre, sobre 500 y Las Guásimas, de 2,600 ha, para totalizar 4,300), se trata de un registro de tres demarcaciones municipales.

El municipio que en este momento encabeza la superficie afectada por fuego es Talpa de Allende, en la región Sierra Occidental de Jalisco, donde 14 incendios han provocado la quema de 11,060 hectáreas forestales.

Le sigue Ojuelos, región de los Altos Norte, que en tres eventos acumuló 8,503 ha; Cabo Corrientes, en la región Costa Norte, con 4,358 ha; y Mezquitic, en el norte de la entidad, con 26 deflagraciones y 3,811 ha afectadas.

En el área metropolitana encabeza la lista Zapopan, con 3,034 hectáreas en 134 incendios. Esto lo pone a la cabeza de Jalisco en número de incendios, seguido de Tapalpa (44 eventos) y Tala (38). La buena noticia es que arriba de 95 por ciento de la superficie por la que pasa el fuego, se restaura en unos meses con el simple respeto a su dinámica natural.