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Temacapulín, Jalisco.

Cuál si fuera un gigante de metal, amenazante, apareció el fin de semana pasado un gran tubo de 15 metros de largo y 2.5 metros de diámetro, que representa un mal presagio: buena parte del agua de El Zapotillo se irá por un acueducto a Guanajuato.

La estructura metálica tiene tatuados los sellos de la empresa española en quiebra denominada Abengoa, también de la Comisión Estatal del Agua y el sistema de Agua Potable de Guanajuato conocido como SAPAL. Es definitivamente el inicio de esa estructura para compartir el agua del río Verde con la zona del Bajío.

Los habitantes de Temacapulín, apenas lo vieron llegar al crucero de Cañadas de Obregón para el Acueducto El Zapotillo-León, calificaron la acción como un “sabadazo”, donde el gobierno estatal solo pretende aprovechar el fin de semana, las vacaciones, fiestas navideñas y de fin de año, para no topar con resistencia.

Los habitantes de Temacapulín inmediatamente se pusieron en estado de alerta y hablaron con el Presidente Municipal, quien asegura no saber nada, ya que no recibieron notificación alguna, aunque aclaró que están en su derecho de seguir por una vía federal.

En respuesta, el vocero del Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, Gabriel Espinoza Iñiguez, lo ha desmentido, asegura que es territorio municipal.

No confían ya en él, consideran que el anuncio que hizo hace unos días, de la próxima colocación de una antena en la zona para tener señal de celular en Temaca, solo fue un distractor, y la intervención de la ONUPS dependiente de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) solo fue para ganar tiempo.