Guadalajara, Jalisco. 

Así como sucede con la COVID-19, es necesario saber el comportamiento de los casos asintomáticos de dengue para mapear el riesgo.

La actualización del conocimiento para controlar el dengue necesita dos componentes para avanzar al próximo nivel y uno de ellos es entender cuál es el rol de la gente que es asintomática y en segundo lugar cuál es el  movimiento humano. 

Un equipo estudió la contribución de los individuos asintomáticos en la propagación del dengue, para lo cual usó la simulación matemática, explicó Gonzalo Martín Vázquez-Prokovec, miembro del grupo externo evaluador de nuevas tecnologías de la Organización Panamericana de la Salud.

Además, fue analizado el caso de Mérida, donde se concentra la mayor cantidad de personas con la enfermedad en Yucatán, con información disponible de ocho años, de los cuales durante siete años la ciudad fue foco rojo.

Además, los científicos usaron datos independientes de familias con seguimiento por otro estudio, con lo cual se obtuvieron muestras de suero en niños.

En 2019 México registró 41 mil casos de dengue, una  cifra tres veces mayor que el año anterior.

Redacción: Elizabeth Ortiz