Guadalajara, Jalisco.

El cáncer y sus secuelas no perdonan, y en una misma familia dos integrantes de los Vargas Solís hacen frente a esta terrible enfermedad.

Ellas viven en la Colonia Santa Margarita, en Zapopan. Actualmente, la mamá y la abuela de Fabiola permanecen internadas en el Instituto Jalisciense de Cancerología y ya no les alcanza el dinero para poder comprar las medicinas que les piden en el mismo Instituto, porque éste no los tiene.

“Lo que pasa es que no hay medicamentos, y la verdad yo soy una paciente que tengo dos enfermos aquí con cancerología: es mi abuelita y mi mamá, y la verdad no podemos, la verdad necesitamos de su gran apoyo. -¿Qué cáncer tienen sus familiares? -Mi mamá tiene linfoma, las dos, y la verdad son muchos gastos. Son mil 700 (pesos) al día y ya no tenemos; lo que teníamos lo empeñamos y la verdad ya no ajustamos. La verdad yo necesito de su gran apoyo”.

Otro caso es el que vive la mamá de Delia López Muñiz, vecina de Guadalajara. Su paciente también padece linfoma y requiere varios medicamentos que no tienen en el Instituto Jalisciense de Cancerología.

“Ocupo medicamentos, medicamentos muy caros. Son muchos miligramos los que le piden… -¿Y no los hay? -No los hay, no los han traído y por fuera están muy caros. Cada ámpula cuesta de dos mil a tres mil pesos”.

Estos dos casos son solo una muestra de la enorme carencia que viven todos los días los pacientes del Instituto Jalisciense de Cancerología. Si usted quiere apoyar estos casos, puede dirigirse directamente al área de Trabajo Social del Instituto para poder aportar su granito de arena y poder ayudar a estas pacientes.