El alcalde del poblado de Pungabarato (sur) fue asesinado a balazos junto con su chófer cuando transitaba por una carretera del convulso estado mexicano de Guerrero, informó este domingo un funcionario del gobierno local y el partido al que pertenecía la víctima.
El alcalde Ambrosio Soto y su chófer "fueron acribillados por sujetos desconocidos que los embocaron" en un tramo carretero cercano a Pungabarato la noche del sábado al domingo, dijo vía telefónica a la AFP un funcionario de la alcaldía que pidió no ser identificado por no estar autorizado a declarar.
El asesinato de Soto fue confirmado por le sede en Guerrero del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), al que pertenecía.
"Nuestro alcalde, infructuosamente, desesperadamente, pidió, reclamó, el apoyo del gobierno estatal y federal, y al mismo tiempo denunció las amenazas de que fue objeto y hoy, al igual que miles de guerrerenses, cae víctima de violencia", señaló el PRD en un comunicado.
El alcalde había denunciado en los últimos meses amenazas de crimen organizado luego de emprender distintas medidas para combatir extorsiones y tráfico de drogas.
A principios de mes se reportó el asesinato de un primo de Soto, cuyo cadáver fue encontrado en un basurero y con huellas de tortura.
Con este crimen suman dos alcaldes asesinados en menos de 24 horas en México luego de que la mañana del sábado el alcalde del poblado de San Juan Chamula, en Chiapas (sur), y cuatro hombres más, dos de ellos funcionarios, fueran baleados durante una protesta en un crimen que se presume habría sido motivado por rivalidades políticas.
En los últimos años, varios alcaldes han sido asesinados en México. La mayoría de los crímenes estuvieron relacionados con pugnas del narcotráfico, según autoridades.
Pungabarato, con unos 25.000 habitantes, se localiza en la llamada Tierra Caliente, en el centro de Guerrero y con fuerte presencia de grupos criminales.
Guerrero, uno de los estados más empobrecidos del país y punto clave de la siembra y tráfico de marihuana y goma de opio, es escenario de violentas disputas entre narcotraficantes.
La noche del 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de Ayotzinapa fueron atacados por policías corruptos de Iguala, quienes los habrían entregado a miembros del cártel Guerreros Unidos.
Los criminales los habrían asesinado e incinerado en un basurero del vecino poblado de Cocula, para luego arrojar los restos a un río, según la versión de la fiscalía que sin embargo ha sido cuestionada por investigadores independientes.
En la última década, la violencia ligada al narcotráfico ha dejado más de 100.000 muertos y desaparecidos en México.
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