Guadalajara, Jalisco.

“Aquí no luchamos por el poder, luchamos por la vida, queremos que Ostula florezca, lo estamos logrando gracias a la organización y a las actividades de nuestra comunidad de Santa María Ostula”.

Con una caminata simbólica por el territorio recuperado el 29 de junio de 2009, la comunidad de Santa María de Ostula, Michoacán, celebró este 2024 haber cumplido 15 años de aquella batalla ganada, que en suma son más de mil hectáreas de tierras que pequeños propietarios que bajo el control del crimen organizado les habían arrebatado.

Fotografía: María Ramírez

Y así fue como se fundó San Diego Xayakalan, una de las 24 encargaturas que conforman ahora el territorio ostuleño.  

El 29 de junio de 2009, la comunidad decidió levantarse en armas, hartos de sólo ver con sus ojos cómo les robaban sus tierras; tierras que sus antepasados cuidaron y protegieron y que fueron saqueadas.

• Fotografías de Fernando Cobo:

El abogado de la comunidad, Carlos González García describió el momento en que comenzó aquel enfrentamiento por la recuperación de las tierras, la libertad y la autonomía.

“Uno de los sicarios les dice a uno de los compañeros.-¡Váyanse de aquí inditos, no hay cangrejos!-. Eso alude a la costumbre de la comunidad de que con las primeras lluvias y la salida de los cangrejos bajan por ellos para hacer su fiesta.

Y les dice: Ya que haya cangrejos bajan pero no tienen nada que hacer aquí porque no es su tierra-. Y un compañero le contesta, y para mí es un rompimiento significativo de las relaciones de dominaciones y de poder que se habían construído en la región y que la comunidad supo destruir.

Uno de los compañeros contesta: “no venimos por cangrejos, venimos por nuestras tierras”. Ahí se dio la mayor refriega que hubo”.

El nombre de San Diego Xayakalan alude a Diego Ramírez, primer comunero asesinado en 2008 por células del cartel de la región.

Desde entonces han sido asesinados 42 integrantes de la comunidad y seis desaparecidos, compartió el comisionado de bienes comunales de Ostula, Michoacán J. Guadalupe Serrano Ramos.

Fotografía: María Ramírez

“La verdad nos ha costado mucho, el primer año murieron muchos compañeros, dirigentes de aquí de la comunidad, unos los desaparecieron a otros los mataron a causa de la recuperación de nuestras tierras.

Pero de todos modos nosotros no dejamos de luchar y vamos a seguir luchando porque son tierras que nos dejaron nuestros ancestros y no podemos dejarlas así nomás”.

Las tierras de la comunidad son codiciadas por los carteles del crimen organizado, primero fue el cártel de La familia michoacana, luego Los templarios y actualmente los acecha el CJNG.

“Como le comentaba no acabamos, no dejamos de estar en paz. El compañero que mataron el viernes pasado, acá de la encargatura de la Cofradía, fue asesinado por el crimen organizado. La verdad no podemos dejar así suelta a la comunidad porque si no entran”.

Pero la guardia comunal no deja de vigilar y luchar.

• La libertad tiene un costo, y para ellos cada uno de sus compañeros asesinados les recuerda que su lucha no fue y no es en valde. Sin embargo, las autoridades estatales y federales no hacen mucho para disminuir los ataques violentos a la comunidad.

“Últimamente nuestra guardia comunal ha aguantado más, ya no nos han atropellado tanto, así es como hemos aguantado porque si nos atenemos al gobierno, el gobierno no ve por nosotros. Hemos ido a México, Morelia y no nos dan resultados pues”.

“¡Ostula vive! ¡La lucha sigue! ¡Ostula vive y vive! ¡La lucha sigue y sigue!”

• Fotografías de Fernando Cobo