Commerzbank registra pérdidas trimestrales de 288 millones de euros en el año




Frankfurt, Alemania.

La radical reestructuración del Commerzbank empujó a la entidad a cerrar el tercer trimestre del año en números rojos con unas pérdidas netas de 288 millones de euros (319 millones de dólares), informó hoy el segundo mayor banco de Alemania.

Estas pérdidas contrastan con los 235 millones de euros que ganó en ese mismo periodo hace un año. La principal razón de estos malos resultados se debe a la anunciada amortización por valor de 627 millones de euros relacionada con la prevista reducción de personal dentro de su nuevo plan estratégico. Además, una provisión de riesgos más elevada como consecuencia de los problemas en los mercados navieros.

Los analistas habían previsto incluso unas pérdidas mayores entre julio y septiembre. Sin embargo, las operaciones al contado fueron mejor de lo esperado. De esta manera, el beneficio operativo sólo se redujo un cinco por ciento respecto a hace un año, hasta los 429 millones de euros.

El apoyo volvió a ser una vez más el negocio de clientes privados. Junto con una mayor concesión de créditos debido a los bajos tipos de interés, el banco sigue ganando clientes. Desde 2013, el Commerzbank ha incorporado 994.000 clientes privados adicionales y seguramente podrá alcanzar el objetivo de un millón hasta finales de este año.

Asimismo, registró un fuerte aumento del beneficio de su banca de inversión. Por el contrario, el negocio en el este de Europa sufrió un notable retroceso de sus ganancias.

A pesar de las amortizaciones, el banco alemán esperó cerrar el año en positivo. En los primeros nueve meses el superávit cayó respecto al año anterior casi un 90 por ciento hasta situarse en los 96 millones de euros. En 2015, el Commerzbank logró por primera vez en un lustro un beneficio por encima de los 1.000 millones de euros.

El presidente del consejo de dirección desde mayo, Martin Zielke, quiere concentrarse en los próximos años en dos campos de negocio: los clientes privados y en los empresariales.

Para ello llevó a cabo una división del negocio de mediano tamaño. El negocio de grandes clientes se llevará junto con el banco de inversión y los pequeños empresarios deberán ser gestionados en un futuro dentro del ámbito de clientes privados. De esta manera, la dirección del banco quiere reducir los costes y riesgos.

Junto con ello, se llevó a cabo una reducción de 9.600 puestos de trabajo de los cerca de 45.000 empleados a tiempo completo hasta el año 2020. Sin embargo, al mismo tiempo el banco quiere crear 2.300 nuevos puestos de trabajo en las divisiones internas y en el extranjero, lo que significa al final una supresión neta de 7.300 empleos.

Además, la entidad también mantuvo su decisión de no repartir dividendos, en aras de hacer frente a la complicada situación financiera por la que se ve afectada en un contexto de tipos de interés bajos.