Berlín, Alemania.
La elección de Frank-Walter Steinmeier como nuevo presidente federal de Alemania el domingo pondrá al frente de la Jefatura del Estado de la mayor economía europea a un político muy querido y respetado a quien la prensa del país no duda en calificar como el "anti-Trump".
El ex ministro de Exteriores, socialdemócrata de 61 años, es el candidato de consenso de los partidos que integran la actual gran coalición que gobierna Alemania y será votado por mayoría en una Asamblea Federal integrada por 1.260 miembros.
En la votación, que se iniciará poco después del mediodía, participarán los 620 los miembros de la Cámara Baja del Parlamento y por el mismo número de delegados que envían los 16 estados federados alemanes, entre los que se encuentran, además de políticos, otras personalidades del país, como el seleccionador nacional de fútbol, Joachim Löw.
En ellos recae la responsabilidad de elegir a una figura cuyas competencias políticas son limitadas y cuya función es más bien protocolaria y de carácter representativo.
A diferencia del dirigente estadounidense, Steinmeier nunca ha utilizado una cuenta de Twitter. Además, su carácter moderado y tolerante, junto a su disposición a ejercer de mediador entre polos opuestos, lo sitúan en las antípodas del populismo y ponen tierra de por miedo frente a la tentación de publicar mensajes incendiarios en 140 caracteres.
Bregado en el campo de la alta diplomacia tras desempeñar el cargo de Ministro de Exteriores de Alemania en las dos legislaturas en las que la canciller Merkel se coaligó con el partido socialdemócrata (SPD), Steinmeier se ha entregado afanosamente a la resolución de disputas internacionales.
La hemeroteca da cuenta de sus repetidos intentos por rebajar la tensión entre Moscú y Kiev en el conflicto de Ucrania. También se involucró en Oriente Medio, en Turquía y, de manera especial, en el proceso de paz en Colombia, país que todavía visitó en enero.
Este hijo de ebanista que el domingo se convertirá en el Jefe de Estado de Alemania mantuvo en los últimos años una estrecha relación con Latinoamérica.
Desde que en 2013 se colocase al frente del Ministerio de Exteriores, visitó Brasil, Perú, México, Argentina y Cuba, siendo su viaje a la isla antillana el primero realizado por un jefe de la diplomacia alemana tras la reunificación del país en 1990.
"Las relaciones con América Latina son algo especial", dijo el pasado mes de julio Frank-Walter Steinmeier.
Considerado un gran defensor de los valores democráticos, sus intervenciones públicas demuestran que, a pesar de ser un político mesurado, no duda en denunciar aquello que considera injusto.
Así se explica, por ejemplo, que en la actualidad constituya una de las voces más críticas del país con Trump, a quien calificó de "predicador del odio".
Con su antecesor en el cargo, el ex pastor protestante Joachim Gauck, Steinmeier comparte el honor de haberse impuesto a los deseos de la canciller Angela Merkel.
Tras verse acorralada y obligada a ceder hace cinco años, la mandataria alemana vivió recientemente un "deja vu" al tener que aceptar, a diez meses de las elecciones generales, el candidato propuesto por su socio menor en el Gobierno, el partido socialdemócrata.
No le quedaba otra alternativa, ya que carecía, además de la mayoría requerida, de un aspirante idóneo en las filas de su propio partido.
La figura de Steinmeier goza en el país de tanta relevancia que la mayoría de los ciudadanos desconoce a estas alturas que, además de él, otros tres aspirantes se postulan este domingo para convertirse en el duodécimo presidente de Alemania desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Un vistazo a la trayectoria de Steinmeier permite adivinar que el nuevo presidente intentará dotar a la figura del Jefe de Estado de una mayor relevancia internacional, aprovechando los lazos tejidos y el nombre que se ha labrado en el extranjero en sus años al frente de la cartera de Exteriores.
Formado al lado del ex canciller socialdemócrata Gerhard Schröder, con quien dio el salto a Berlín tras haber dado sus primeros pasos en en la política regional, Frank-Walter Steinmeier ocupa la primera línea desde hace dos décadas.
Durante su presentación oficial como candidato a la presidencia del país, expresó su deseo de trabajar por la cohesión en unos tiempos marcados por grandes desafíos y gran polarización social.
"Alemania tiene la fuerza para hacer frente a las diversas crisis. Ahora se trata de una cultura política viva y despierta (...) Por una cultura política en la que podamos discutir entre nosotros, pero tratemos al otro con respeto", indicó.