Guadalajara, Jalisco.
Miguel Ángel Franco Ochoa tenía 22 años de edad pero su madre, Eva Ochoa, lo describe como un niño cariñoso. Era sordomudo y trabajaba como mesero en la taquería de unos vecinos de confianza en la colonia Parques de Tlaquepaque.
El 15 de mayo de 2019 Miguel Ángel desapareció. Ese día él acompañaba a su jefe a cargar mercancía desde su casa cuando hombres armados irrumpieron ahí para secuestrar en total a cinco personas: el dueño de la taquería, su hijo, dos sobrinas y su empleado Miguel Ángel, quien solo cumplía con su trabajo al momento de la captura ilegal.
Cuatro días después en un operativo en Santa Anita, Tlajomulco, fue localizada una finca con tres secuestrados y una fosa clandestina con al menos 14 personas sin vida. Allí encontraron algunos restos de Miguel Ángel, no estaba completo. Sin embargo fue hasta octubre cuando el Servicio Médico Forense permitió a sus familiares acudir para reconocer los fragmentos de su cuerpo, además las pruebas de ADN confirmaron a la señora Eva que éstos correspondían a su hijo.
Desde entonces ha pasado un año y cuatro meses, pero Semefo obstaculiza la entrega de Miguel Ángel a la señora Eva, quien clama por justicia.
"Va a cumplir dos años que no está completo mi hijo, por eso es de que no me lo han entregado. La verdad es que yo quiero ya sepultarlo, quiero descansar porque mi madre murió de tristeza también porque ella no lo aceptaba, murió mi mamá y yo ya quiero enterrar a mi hijo, ya que me lo den así lo que tengan de mi niño yo quiero enterrarlo. Cuando yo lo encontré encontré su pura cabeza, su pura cabeza y aquí le dieron su balazo, pero él estaba dormido, fue lo que me explicaron, mi niño estaba dormido, pero yo ya lo quiero sepultar".
Debido a esta omisión que impide a la señora Eva dar digna sepultura a los restos de su hijo, pidió el apoyo de la asociación civil Da Vida a San Pedro Tlaquepaque, cuyo director, David Hernández, afirma que el Semefo justifica la retención de Miguel en que aún esperan encontrar el resto de sus miembros, aunque las labores en la fosa de Santa Anita ya concluyeron y no hay investigaciones vigentes en torno a su caso.
"Nos decían que tenían que pedirle al de investigaciones, al MP, a través de un oficio que pudieran ver si ya no habían salido más partes del cuerpo para ver si pudieran entregárselo, ese oficio tiene más de un año...Ya prácticamente para semefo ese tema está terminado de esa fosa, entonces lo que deberían de hacer ese acto de humanidad de entregarle a la mamá, a la señora Eva, lo que queda de su hijo para que ella tenga un lugar adónde llevarle flores".
Sobre las personas que capturaron y quitaron la vida a Miguel Ángel junto con cuatro integrantes de la familia de su jefe, la señora Eva no tiene noticias, no se explica por qué ocurrió el crimen ni por qué asesinaron a su hijo, quien estuvo por casualidad en el momento en que secuestraron a la familia.
"De hecho paso y veo a su patrona de mi hijo y he querido preguntar pero siento también algo por ella porque su esposo y su hijo nunca aparecieron, no los encuentra, está mal y volverle a recordar, por eso no me animo, pero yo no supe nada, nada nada de por qué se los llevaron, no supe nada".
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