Se cumplen 250 años de Las penas del joven Werther, de Goethe
Fotografía: Pexels




 Weimar, Fráncfort

¿Una genialidad de la historia de la literatura o una obra que lleva a la gente a la muerte? Las opiniones sobre "Las penas del joven Werther" ya estaban divididas en vida del autor.

Se cumplen 250 años de Las penas del joven Werther, de Goethe

El Autor Goethe

Sin embargo, la influencia de la primera novela del literato alemán Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) sigue sintiéndose hoy en día, 250 años después.

Hay varias razones para ello. "Werther tiene mucha sustancia y sigue siendo muy moderna. Con Goethe se puede hacer algo con cada frase", afirma entusiasmado Mario Leis.

Como autor de una conocida guía de lectura para Werther, este doctor en literatura y profesor en un instituto de formación profesional ha trabajado con especial intensidad en la novela epistolar que habla de un amor desgraciado y en cómo enseñarla en la escuela.

Leis sabe que, aunque el "Werther" no forma parte actualmente de las lecturas obligatorias, se recomienda su lectura en muchas escuelas de los estados federados alemanes, sobre todo como ejemplo de una obra típica de la época literaria conocida como "Sturm und Drang", literalmente "tormenta e ímpetu" y que fue precursora del romanticismo alemán.

Las cifras de la editorial Reclam, líder en ventas, indican por sí solas que la obra no está desapareciendo de las clases de literatura alemana a pesar de la creciente competencia: según la empresa, la novela roza repetidamente el "top ten" de los clásicos.

Y también se venden bien las ediciones con anotaciones para escolares o las versiones para estudiantes.

Leis es consciente sin embargo de que los estudiantes no siempre comparten su entusiasmo por el "Werther": "Estamos viviendo un cambio de paradigma: los estudiantes están cada vez más alejados de los libros".

Anne Bohnenkamp-Renken, catedrática de literatura y directora de la Casa Goethe de Fráncfort, añade: "El problema de Werther desde la perspectiva actual es, sobre todo, el lenguaje".

Cuando se publicó por primera vez, la emotiva obra estaba absolutamente en sintonía con el "zeitgeist", el espíritu de la época. De hecho, antes se consideraba inapropiado escribir así.

Se cumplen 250 años de Las penas del joven Werther, de Goethe

Libros

  • "En aquel entonces, el lenguaje fue también una de las razones del enorme éxito de la novela, pero entretanto se ha alejado claramente de nosotros y ya no se entiende con tanta facilidad", afirma Bohnenkamp-Renke.

Cuando se publicó en 1774, la novela se convirtió en un fenómeno europeo, traducido al francés y al italiano, observa Christian Hain, director del Archivo Goethe y Schiller de Weimar.

"Todo el mundo lo leía, había artículos de fans, guantes y tazas, la gente se vestía como Werther, llevaba abrigos azules y chalecos amarillos". Era una especie de moda igual que hoy los aficionados se disfrazan de personajes de cómic o de Harry Potter.

El revuelo incluyó también intensas especulaciones sobre hasta qué punto Goethe estaba detrás del personaje de Werther. Hain habla de un "insano entrelazamiento" de la propia biografía del escritor y de un amor infeliz, así como del suicidio de un conocido del autor de "Fausto".

  • "Es evidente que Goethe expresa en Werther algo que él mismo experimentó, pero al mismo tiempo lo radicaliza en la novela", apunta Bohnenkamp-Renken. También se refiere a la problemática relación del propio Goethe con las normas sociales vigentes en la época.

Sin embargo, Bohnenkamp-Renken y el historiador Hain consideran difícil afirmar que el libro desencadenara una oleada de suicidios, tal como aseguraron algunos críticos de Goethe.

Ciertamente hubo suicidios en la época que indicaban una conexión.

Sin embargo, no se puede probar ningún efecto masivo, al menos no según las fuentes.

Lo que sí está probado es la importancia duradera del material a través de nuevas y repetidas adaptaciones en el teatro y el cine.

Además, Werther también está presente en el mercado de consumo mundial: el fundador del conglomerado coreano Lotte bautizó su empresa con ese nombre en homenaje al amor imposible del protagonista de la novela de Goethe.