Guadalajara, Jalisco
Las ciudades que tienen a su lado áreas naturales protegidas, como es el caso de Guadalajara con la barranca de Huentitán y con el bosque La Primavera, adquieren mayor calidad de vida para sus habitantes, frente a metrópolis que no tienen esa condición, advirtió Alejandro Cabeza Pérez, coordinador de la maestría y el doctorado en arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien recomendó a las autoridades municipales y estatales, que la urbanización respete esas zonas verdes.
El especialista fue invitado por la Escuela Superior de Arquitectura (ESArq) para dictar la conferencia “Diseño de paisaje urbano, la importancia del espacio abierto”, en la que habló de cómo las ciudades han “enterrado” o “desaparecido” su patrimonio natural.
Para Alejandro Cabeza, los académicos tienen que dar solución al problema de crecimiento desordenado de las metrópolis y si para ello hay que hacer alianzas provechosas con los desarrolladores o constructores, las universidades deben propiciar ese acercamiento.
El autor del libro “Elementos para el Diseño de Paisaje” citó el caso del fraccionamiento de baja densidad conocido como Tlalpuente, como un ejemplo de convivencia entre una zona boscosa y un área de vivienda. El sitio se localiza entre la ciudad de México y el valle de Toluca.
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