Guadalajara, Jalisco.

A pesar de que el proyecto de ley para regular el sector apícola en el país tiene seis meses concluido en la Cámara de Diputados, aún no se ha aprobado y con ello sigue retrasándose no solamente la organización de este núcleo productivo, sino también la restricción de pesticidas particularmente tóxicos para las abejas.

Sin embargo, de acuerdo con la diputada federal Mónica Almeida, este mes de febrero podría retomarse su discusión y someterse a votación, la cual, de resultar favorable, significaría sentar un precedente nacional para ordenar el sector apícola que, por la relevancia biológica de la especie que maneja, la abeja, implicaría un reforzamiento a la soberanía alimentaria del país.

"Está esta ley desde hace seis meses y somos optimistas al pensar que en el próximo periodo ordinario, ya pasó todo el proceso ordinario esperemos que pueda ser aprobada a partir de febrero...Ustedes saben que el 80 por ciento de los alimentos son producidos a partir del proceso de polinización de las abejas, entonces es sustantivo para sí mismos, para mantener la capacidad de producción de la miel y sus derivados pero también como una perspectiva de política pública para que no se afecte la producción de alimentos ni la soberanía en el país, y además para combatir el cambio climático".

El proyecto denominado Ley General de Conservación, Protección y Fomento Apícola, además de contemplar registros y criterios a seguir para quienes se dedican a la producción de miel de abeja, prevé sanciones contra aquellos que utilicen plaguicidas tóxicos para estos polinizadores, que principalmente son los productos de la familia química de los neonicotinoides.

Este tipo de insecticida ampliamente utilizado en los campos agrícolas para combatir plagas también afecta a las abejas de manera grave aunque no es la especie que pretende atacar. Al entrar en contacto con éste tóxico, el sistema nervioso del polinizador se deprime, impidiendo que la abeja recuerde el camino a su colmena y muera.

De acuerdo con la diputada, esta nueva ley abriría la puerta para prohibir de manera explícita los neonicotinoides, aunque a la par se requiere la propuesta de alternativas menos tóxicas para combatir plagas y ofrecerlas al sector productivo para que este tipo de prohibiciones tengan condiciones para cumplirse en el campo.

Para Señal informativa Violeta Meléndez