Padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa incrédulos con la versión oficial de los hechos se reúnen este jueves con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, once meses después de su primer encuentro y en vísperas del aniversario del crimen que mermó su popularidad.

"Esperamos muy poco de la reunión porque sabemos que los compromisos que se firman no se cumplen, pero no nos queda de otra", dijo a la AFP el vocero de los familiares, Felipe de la Cruz, antes de la reunión en la que también participan los investigadores independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Los padres llegaron en autobuses al museo Tecnológico de la capital, donde se celebra el encuentro a puerta cerrada, habiendo cumplido 18 de las 43 horas de ayuno que iniciaron el miércoles para exigir la presentación con vida de los jóvenes.

Fueron los mismos familiares los que el pasado 6 de septiembre, exigieron a Peña Nieto que diera "la cara" después de que el informe de los expertos de la CIDH pusiera en duda la versión oficial del crimen, que establece que los jóvenes fueron masacrados después de haber sido atacados por policías de Iguala (Guerrero, sur) mientras tomaban autobuses para una protesta el 26 de septiembre de 2014.

Admitiendo que la reunión es tan importante como "complicada", el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación (Interior), Roberto Campa, confía en que se llegará a acuerdos "para alcanzar los dos objetivos principales que son conocer la verdad y se haga justicia".

Entre los reclamos a Peña Nieto, los padres pedirán la presentación con vida de sus hijos, la permanencia indefinida -y no del medio año suplementario autorizado- del grupo de expertos de la CIDH "hasta que se llegue a la verdad" y una investigación profunda del papel del Ejército en el crimen, dijo De la Cruz.

Peña Nieto (2012-2018) sólo se reunió una vez con los padres, en octubre del año pasado, cuando los recibió en su residencia oficial, presionado por la indignación internacional por este crimen.

 

                                         - Viaje presidencial el #26S -

 

El gobierno calcula que la cita -que reúne a unas 120 personas entre funcionarios, familiares, estudiantes y organizaciones de derechos humanos- se prolongará unas dos horas.

Posteriormente, se espera que el vocero presidencial, Eduardo Sánchez, dé una rueda de prensa y que los padres hagan lo mismo en el campamento que han habilitado en el Zócalo para su huelga de hambre.

Desde el lunes, los padres y los compañeros de los estudiantes han encabezado varias protestas en Guerrero, que han derivado en episodios de violencia. Y, tras la huelga de hambre, participarán en una multitudinaria marcha el sábado en la capital.

Ese día, cuando se cumplirá un año del crimen, el presidente Peña Nieto estará volando a Nueva York para asistir a la asamblea general de las Naciones Unidos, un viaje que ha generado polémica, ya que hace unos meses el mandatario evitó suspender otros viajes al extranjero en momentos de alta sensibilidad por el crimen.

Sin embargo, Sánchez defendió el viaje por la "importancia de la participación de México" en la asamblea.

Con los más bajos índices de popularidad desde que asumió el poder en diciembre de 2012, el gobierno de Peña Nieto ha sido fuertemente cuestionado por sus investigaciones sobre el que ya se considera el "crimen del sexenio".

La fiscalía asegura que, después del ataque de los policías de Iguala, los estudiantes fueron entregados a un cártel, que los asesinó brutalmente y calcinó sus cuerpos en un basurero por supuestamente pensar que había miembros de un cártel rival infiltrados en el grupo.

Restos encontrados en bolsas en un río fueron enviados a un prestigioso laboratorio de Austria, que verificó con pruebas de ADN la identidad de uno de los chicos, Alexander Mora, y ahora tiene indicios para posiblemente identificar a un segundo alumno.

El informe de la CIDH ha cuestionado que los estudiantes fueran incinerados en el basurero y pidió al gobierno que investigue si los chicos pudieron haber sido castigados porque en uno de los autobuses que ocuparon había droga.