Órganos al crematorio: secuelas de la burocracia | Cuatro años de una reforma congelada




Guadalajara, Jalisco. 

En México, la donación de órganos es de las más bajas del mundo. España es líder mundial en este indicador, con 49.6 por cada millón de habitantes; el promedio para América Latina y el Caribe es de 7.5, pero nuestro país apenas llega a 3.8 donadores por cada millón de habitantes. 

Sólo en Jalisco, cerca de seis mil pacientes están en espera de un órgano o tejido, personas que requieren de una donación cadavérica, de las cuales cinco mil 083 aguardan por un riñón; 866 por una córnea, uno espera un corazón y 36 un hígado. 

Los órganos que pueden ser trasplantados son corazón, hígado, intestino, páncreas, pulmón y riñón. Y los tejidos son córneas, hueso y piel, entre otros. Sin embargo, el que tiene más demanda es el riñón, debido a la creciente incidencia de enfermedad renal crónica a escala mundial.

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El año pasado, Jalisco registró 574 trasplantes de riñón, pero de estos, sólo 64 fueron donación cadavérica; es decir, una de cada 10. Eso no es un logro, ya que se debe priorizar y fomentar la donación cadavérica. 

La donación cadavérica puede salvar hasta siete personas en espera de un órgano. Por esto es vital que se apruebe la ley que pueda garantizar que todos, a excepción de quien diga en vida que no, todos seamos donadores de órganos.

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El diputado local Enrique Velázquez, quien fue uno de los que presentó la reforma, denuncia que muchas personas están en lista de espera en hospitales públicos y privados para recibir un trasplante, como la pequeña Katherin Tovar, quien necesita un riñón y se encuentra en lista de espera desde hace ya muchos meses, mientras su cuerpo se va deteriorando.

Pero también la desaparición del Consejo Estatal de Órganos y Tejidos, ahora Cetrajal, ha disminuido su presupuesto y personal. Antes había hasta seis procuradores de órganos; hoy solo son cuatro, pero eso se lo cuento mañana

Rocío López Fonseca