Guadalajara, Jalisco.

Como un acto simbólico de la recuperación de la memoria de la represión estudiantil en los años 70, artistas tapatíos en colaboración con Artículo 19 y Casa Quinqué realizaron cuatro murales: tres en la colonia San Andrés y uno en Analco en Guadalajara. 

Fotografía: María Ramírez

Antonio Orozco Michelle, Integrante del Colectivo Rodolfo Reyes Crespo, asegura que los murales son un primer paso para no olvidar su lucha. 

“Ahorita estamos en esta primera etapa que no solamente es la recuperación de la historia sino también la reflexión autocrítica de lo que llevamos a cabo y que implicó el sacrificio de muchas y muchos compañeros.

No sólo es recuperar la historia por recuperarla sino qué planteamos frente a una situación como la que se vive actualmente”.

El primer mural se encuentra en el Jardín de Niños “Silvano Barba" en Avenida Francisco Javier Mina 968.

Refleja el origen del movimiento y de quienes en ese momento eran jóvenes estudiantes que venían del campo, como el mismo Antonio Orozco, que después se involucraron como estudiantes de la Universidad de Guadalajara a una lucha para generar un espacio abierto para las y los hijos de las familias de carácter proletario y popular. 

El segundo mural se encuentra sobre la calle Valentín Gómez Farías esquina con Javier Mina. Éste mural narra el asesinato de Alfredo Prado Rosas “El compa”, a manos de la policía, así como la agresión que los estudiantes sufrieron en el Panteón de San Andrés y los rostros de las mujeres que los rescataron. 

En el tercer mural ubicado en la calle Aurelio Ortega esquina con San Andrés, integrantes de la “Liga comunista 23 de septiembre” resaltaron la importancia de la propaganda en las bardas como hoy  los murales, que fue utilizada por el Frente Estudiantil Revolucionario (FER) para visibilizar la lucha estudiantil.  

El último de los murales, que está en la colonia Analco en Guadalajara sobre la calle Cuitláhuac y 28 de mayo, tiene el rostro de Guillermo Pérez Mora, Arnulfo Prado Rosas, Wenceslao Ochoa Martínez y Efraín González Cuevas, cuatro estudiantes que fueron asesinados a manos del Estado en el movimiento armado de 1970. 

Martín Torres, Integrante de Casa Quinqué quien colaboró con la documentación y en la recuperación de la memoria, compartió el objetivo de este proyecto. 

“Creo que uno de los objetivos de la memoria histórica es recordar pero no como un hecho nostálgico sino como un hecho que se revive día a día, la injusticia en México y en América Latina sigue y por lo tanto la necesidad de enfrentarse a esa injusticia permanece.

Hay un frase de donde vengo yo que dice: un país sin memoria es un país sin futuro, y creo que este esfuerzo colectivo que culmina en  este punto en Analco refleja un poco de ello. Aquí tenemos la demostración dramática y terrible de la desaparición forzada”. 

Para el 21 de agosto se va a realizar un recorrido oficial en compañía de los integrantes de los diversos colectivos que participaron en el movimiento armado de 1970.

• También de los muralistas, quienes pintaron los cuatro murales de la memoria, de los integrantes de Casa Quinqué y de Artículo 19 quién financió el proyecto.