Elevar 10 por ciento el salario mínimo en México, equivale al mismo monto que el Grupo Higa obtuvo del gobierno federal y que fue escondido mediante despachos que asesoran para evadir impuestos, tal y como se evidenció en los Panamá Papers.

Así lo señaló el economista del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Ignacio Román, al participar en el Foro “Salario Mínimo Justo y Dignidad Laboral” organizado en el Congreso del Estado.

Para evidenciar la desigualdad, Román Morales puso en la mesa el caso del empresario Juan Armando Hinojosa, proveedor de la “casa blanca” del presidente de la República, Enrique Peña Nieto y lo comparó con el costo que tendría subir el salario mínimo a un millón 200 mil familias.

Los especialistas que participaron en este foro, desmintieron con cifras lo dicho por autoridades en el sentido de que no se puede elevar el salario mínimo, pues hacerlo significaría apenas el 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto.

Ricardo Becerra Lagunes, investigador del Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD), presentó estadísticas que ubican a México como el país con los peores salarios del mundo.

Los especialistas mostraron preocupación porque incluso los trabajos formales son precarios y no se cumple con el derecho constitucional a una vida digna.

Propusieron también que las compras gubernamentales favorezcan a proveedores de micro y pequeñas empresas y no a grandes corporativos.

Estimaron que el salario mínimo debe ser de por lo menos cien pesos al día, lo cual no es una fortuna pero por lo menos garantiza lo más básico. El actual salario de 73 pesos diarios, ni para eso alcanza.