¿Se imagina usted a un maestro que está diagnosticado por un psiquiatra con el trastorno de bipolaridad, con síntomas de ansiedad crónicos, acompañados de explosividad y que para trabajar frente a un grupo de niños de primaria, lo hace medicado?.

Ese es el caso del maestro de primaria Eduardo Montelongo Ávalos, de 51 años de edad y 31 años de servicio, quien labora en dos planteles públicos de la zona del Cerro del Cuatro, en Tlaquepaque. Durante 2015, el profesor, quien también tiene la carrera de abogado, tuvo 90 faltas a su trabajo, porque en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) le dieron incapacidades médicas, dada su situación.

Montelongo Ávalos solicitó a la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ) que se le otorgue un cambio de actividad, por ejemplo, estar frente a una biblioteca escolar o en actividades administrativas, pero no estar dando clases. Le restan cuatro años para jubilarse, pero el director de Personal de la dependencia, Roberto Mendoza Gaytán, le negó la petición y le dijo que debe seguir dando clases a sus alumnos en los turnos matutino y vespertino.

Eduardo Montelongo, elaboró un juicio de amparo en contra de la Secretaría de Educación, al argumentar que el gobierno de Jalisco y la Secretaría, le violan su derecho a la salud.

Ya en dos ocasiones, la Secretaría de Educación otorgó durante 2015 dos dictámenes temporales, por un periodo de seis y tres meses, para que el profesor Eduardo Montelongo, dejara las aulas y realizara actividades administrativas, sin embargo, hace poco más de dos meses la Secretaría de Educación, lo reasignó a su trabajo como docente en ambas primarias en las que tiene plaza laboral.

El maestro de primaria señaló que confía en que la justicia federal le dará la razón legal, para que deje de dar clases y le ordene a la Secretaría de Educación estatal, que lo cambie de actividad, un derecho que tienen los profesores desde 1947, según un acuerdo presidencial, avalado por la Ley Federal del Trabajo.