Los gazatíes dejan atrás una senda de destrucción en su huida forzosa: Es un sufrimiento
Omar AL-QATTAA / AFP




Nuseirat.

La huida desde Gaza hacia el sur después del ultimátum dado por Israel a quienes todavía permanezcan en la ciudad atraviesa una senda de destrucción, por la que sus residentes cargan a duras penas sus pertenencias: "La carretera es un sufrimiento", señala Basel Abou Mohamed Ziyada a EFE.

Lleva una semana sin dormir - afirma- y ha salido de Gaza andando. "Si quieres salir te dejan, pero no he visto a nadie regresar", dice con un flujo constante de gente a sus espaldas. 

Quienes cuentan con un coche aprovechan ese espacio al máximo, con maleteros abiertos y rebosantes y varias alturas de bultos sobre el capó, pero también hay quienes, como él, hacen el camino a pie, en precarias sillas de ruedas o carros tirados por caballos igualmente cargados al máximo tanto de personas como de bienes.

"Hay gente que te propone ayuda, pero se lleva tus cosas y luego desaparece. He visto a gente que pide móviles para hacer llamadas y luego se los lleva y huye", advierte Ziyada.

La situación "está muy mal", añade una mujer que ha tomado esa misma ruta. Su familia no pudo pagar el transporte, así que también ha salido de Gaza caminando.

Los gazatíes dejan atrás una senda de destrucción en su huida forzosa: Es un sufrimiento

Omar AL-QATTAA / AFP

"Había militares en la carretera, francotiradores. Hemos tenido un problema, se nos han caído nuestras cosas justo en los puestos de control y hemos empezado a recogerlas con miedo.

Mis hijas me decían: 'Mamá, los francotiradores nos están señalando'. Y yo les respondía: 'Venga, venga, vamos, que caiga lo que tenga que caer, que Dios nos lo compense'", sostiene.

Entre los gazatíes hay quienes acompañan su huida también de carros metálicos, en los que cargan mantas y colchones enrollados y neveras de plástico. Quien no tiene ayuda lleva sus enseres sobre los hombros.

Por la carretera, paralela al mar, circulan también algunos coches de Naciones Unidas y camiones cisterna. En sus márgenes, tiendas de campaña, algunas de ellas de ayuda facilitada por Emiratos Árabes Unidos y otras de estructura más precaria. 

Los gazatíes dejan atrás una senda de destrucción en su huida forzosa: Es un sufrimiento

Omar AL-QATTAA / AFP

Los gazatíes atraviesan a su paso edificios completamente derruidos, otros apenas con su esqueleto en pie y escombros, junto a humaredas provocadas por ataques aéreos recientes. 

El flujo de gente es constante y quienes pueden se protegen con gorras y sombreros del sol.

Israel había dado este miércoles a los gazatíes una "última oportunidad" para que abandonen la ciudad. Quienes no lo hagan, según dijo el ministro israelí de Defensa, Israel Katz, serán tratados como "terroristas y simpatizantes del terrorismo".

Quienes se hayan desplazado hacia el sur o decidan hacerlo ya no pueden volver hacia esa urbe: el Ejército israelí anunció también ayer que no permitirá la libre circulación hacia ella por la carretera de Al Rashid y la otra arteria posible -la de Salah al Din- también está bloqueada para el tránsito de personas y vehículos.

Los gazatíes dejan atrás una senda de destrucción en su huida forzosa: Es un sufrimiento

Para Hamás, las declaraciones de Katz sobre el cerco a la ciudad de Gaza son "un preludio a la escalada de crímenes de guerra cometidos por su Ejército contra cientos de miles de residentes inocentes de la ciudad, incluidos mujeres, niños y ancianos".

La nueva invasión terrestre contra la capital gazatí comenzó el 16 de septiembre. Israel situó bajo orden de evacuación forzosa al sur del enclave a una población de más de un millón de personas y desde entonces los ataques se han intensificado y provocado decenas de muertos diarios.

  • En total, pasados casi dos años de ofensiva israelí, la cifra de fallecidos palestinos se eleva a 66.225, tras los 77 registrados este miércoles. De ellos, 2.582 gazatíes murieron cuando trataban de conseguir alimentos.