Guadalajara, Jalisco.
Parte II: El fracaso de ProBici…
En 2016 comenzó a operar el programa ProBici, una estrategia concebida para incentivar la movilidad multimodal, con la que se instalaron ciclopuertos dentro de las estaciones del Tren Ligero.
#ProBici llega a la estación Periférico Norte de la #Línea1 con un ciclopuerto masivo para 72 bicicletas. Conócelo: pic.twitter.com/G7ziltbHT6
— Siteur Jalisco (@SITEURJAL) January 7, 2018
La meta de este programa es bastante simple: desplazarte por las ciclovías de la ciudad, llegar al Tren Ligero y estacionar en la estación, donde tu bicicleta quedará segura hasta que regreses por ella.
Para 2019, el Sistema del Tren Eléctrico Urbano (Siteur) lo extendió a las estaciones del Macrobús de la Calzada. Su implementación requirió una inversión de tres millones de pesos, los cuales fueron erogados durante la administración del ex gobernador Aristóteles Sandoval.
En la teoría, este programa ofrece cuidar la bici del usuario en tanto éste se moviliza a distancias más largas y, al volver, toma su unidad para regresar a casa. En la teoría…
Porque en la práctica, son cientos de usuarios los que han regresado sólo para encontrar que su unidad fue robada. Así: dentro de las instalaciones videovigiladas del Tren Ligero.
La Unidad de Transparencia del Siteur confirma que, de 2016 a 2022, suman 361 bicicletas las que han sido robadas de sus instalaciones. Instalaciones que, además de cámaras, tienen guardias de seguridad que deberían evitar que eso ocurra.
Paul Ariel es una de esas víctimas. Él narra la amarga experiencia que vivió en la estación La Aurora, de la Línea 2.
“En realidad, todos los días utilizaba la bici. Ese día tenía que venir justamente aquí a Plaza Universidad a unos deberes y yo vivo por Tetlán. La iba a dejar ese día en Tetlán, pero el guardia me dijo que no había espacio y dije: ‘Bueno, avanzo una estación más y la dejo’. Llegué, la dejé amarrada, le había comprado un candado muy grueso, me registré con el guardia, di mi nombre, características de mi bicicleta y todo. Me fui y regresé ya más o menos por la noche, pero cuando regreso, pues el otro guardia que estaba me comenta que se la habían robado. Solamente me entregó mi cadena cortada”.
Según el reglamento de ProBici, es responsabilidad del usuario utilizar las medidas para dejar su unidad asegurada con candados o cadenas, y también señala que el Siteur “no se hará responsable por el extravío o robo total o partes de la bicicleta del usuario. Sin embargo, brindará todas las facilidades y asesoría para que, en caso de robo, los usuarios presenten su denuncia ante las autoridades competentes”.
Pero hay algo que los usuarios no saben porque nadie se los dice ni hay información gráfica al respecto:
Existe un seguro de la empresa Sura S.A. de C.V que fue contratado por la Secretaría de Finanzas y destinado al Siteur para subsanar cualquier daño o pérdida de su equipo e instalaciones por un monto total de poco más de 74 millones de pesos. Este incluye, además, una bolsa de 200 mil pesos anuales para reponer las bicis robadas.
Lo malo es que hay un tope máximo de cuatro mil pesos por cada bicicleta hurtada, aun cuando el usuario demuestre que su bicicleta cuesta más.
“(El guardia) Me comentó que hay un seguro en el tren para este tipo de casos, pero me lo comentó como en secreto porque, se supone, que es algo que no le dicen a todo el mundo. Entonces, me dijo: ‘Mañana ve a (la Estación) Juárez, donde están las oficinas de pasajeros, haz el reporte y les comentas del seguro’. Fui y levanté mi reporte, le comenté a la secretaria y le dije que me comentaron de un seguro y me dijo: ‘Sí hay. Yo ahorita subo esto a plataforma y ya tienes que traerme unos datos’. Le pregunté cuánto me iban a pagar: si era un porcentaje, cómo funciona, cuánto se tardan y me dijo que no, que simplemente tenía que hacer una denuncia en la Fiscalía y ellos se ponen de acuerdo. Yo no sé nada del seguro. No me han querido decir cuál es la aseguradora, ni cómo funciona”.
De nuevo, en la teoría, ese seguro que está topado en 200 mil pesos alcanzaría para “reponer” 50 bicicletas robadas, por año. Y de nuevo, en la práctica, ese seguro no se ha hecho valer ni una sola ocasión, según los mismos datos compartidos por Siteur.
Esa realidad ha desatado las críticas de los colectivos ciclistas. Principalmente, por la cuestionable transparencia en la publicidad de este seguro.
Ollin Monroy, integrante colectivo Bicicleta Blanca:
“Lo platicaba con el resto de la gente del colectivo: Nadie, y te digo nadie, son gente que tenemos muchos años hablando sobre el tema de las bicicletas y el tema de la movilidad, la intermovilidad, etcétera, nadie sabíamos que eso (el seguro) existía. ¿Qué? ¿Es un secreto? ¿Y por qué?”.
Además agregó que:
“Para qué querríamos tener un seguro considerando que ya hay gente ahí vigilando, ¿no? O sea, ¿cuál es el punto? Y digo: creo que, si no se le da comunicación al hecho de que existe esta opción o esta prestación por parte de Siteur, pues sí hace pensar qué otro interés podría haber ahí”.
Y también, comentó que:
“Es preocupante porque, digo, cómo confiar en que puedes dejar ahí la bicicleta y hacer este uso del transporte multimodal (…) o de no pensar, por ejemplo, que hubiera ahí una vinculación entre quienes se roban las bicicletas y quienes las cuidan”.
¿Te imaginas cuál es la estación que más robos ha registrado? ¿Cuáles son los puntos rojos para los ciclistas, donde más constantemente se registran asaltos? Te invito a escuchar la tercera parte de este trabajo especial: La utopía de una movilidad no motorizada.