La situación en Turquía está fuera de control: predicador musulmán




Saylorsburg , Estados Unidos.

 

La situación en Turquía es difícil tras el fallido golpe de Estado de julio. El Gobierno actúa con mano dura contra el Movimiento Hizmet fundado por Fethullah Gülen (de 78 años), a quien Ankara ahora considera un terrorista y un enemigo del Estado. La Agencia Alemana de Prensa (DPA) entrevistó a Gülen en el estado norteamericano de Pennsylvania, donde vive autoexiliado desde 1999 en los terrenos de lo que antes fue un albergue juvenil.

DPA: Sr. Gülen, el Gobierno del presidente Erdogan está destruyendo gran parte de su Movimiento Hizmet. ¿Está acabada la organización?

Gülen: Este movimiento comenzó hace décadas, cuando unas pocas personas compartieron las mismas ideas. La idea era ayudar a luchar contra problemas sociales como la pobreza, la intolerancia y la ignorancia y promover un ascenso interno a través de la educación. En 1990 los simpatizantes comenzaron a abrir escuelas fuera de Turquía. Hoy están presentes en 170 países. La idea central de Hizmet vive y las personas que la representan están vivos. Aunque el movimiento haya sido sometido en Turquía a una caza de brujas, no deja de crecer en el resto del mundo, con ayuda de Dios.

DPA: ¿Cómo ve la situación de sus seguidores en Turquía y en otros países? ¿Están seguros?

Gühlen: La forma y la dimensión de la persecución en Turquía no tiene precedentes. Ni con golpes militares que tuvieron éxito se cerraron empresas ni medios de comunicación. Me duele en el alma. En Alemania creo que el Gobierno respeta la ley. Con respecto a los seguidores de Hizmet en Alemania me siento mejor.

DPA: ¿Qué le dice su gente en esta situación?

Gühlen: No le puedo decir nada. Están sometidos a presión por tener principios. Tienen su ética y sus valores a pesar de que les han confiscado sus bienes, han registrado sus casas, les han pegado y les han metido en la cárcel. Muchos de ellos fueron torturados, les han congelado las cuentas bancarias, les han quitado sus propiedades y aún así, en esas duras condiciones, no han recurrido a las armas. Eso se debe a los principios que han interiorizado.

DPA: Usted vive desde hace años en Estados Unidos, ¿se ha convertido en su país?

Gühlen: Respeto a las personas de todos los países, pero el país de donde uno es tiene un lugar especial en el corazón. Yo siento nostalgia y la necesidad de volver a Turquía. A menudo he dicho que, si muero aquí, quiero ser enterrado en mi tierra, junto a mi madre, a sus pies. En Estados Unidos siempre me han tratado con respecto y he decidido quedarme aquí hasta que me digan que me tengo que marchar. Aquí tengo paz.

DPA: ¿Tiene usted o ha tenido apoyo del Gobierno o de los servicios secretos de Estados Unidos?

Gühlen: En absoluto. Eso es una forma de calumnia que el señor Erdogan y los medios que actúan como su altavoz han lanzado contra mí. Mis amigos han recopilado otros ejemplos de mentiras y difamaciones y me dicen que ya suman más de un millar.

DPA: Sus críticos afirman que su Movimiento Hizmet se ha infiltrado en Turquía ¿Qué dice usted al respecto?

Gühlen: Es muy normal que las personas de un país se decanten por algo. Si un turco es policía, es completamente normal, eso no es una infiltración. Es lo normal, un comportamiento legal. La infiltración sólo puede ser considerada desde fuera, cuando alguien de Rusia o de Irán viene, se hace pasar por turco y intenta acceder a las instituciones, eso es infiltración.

DPA: Su nombre se menciona cuando se habla de posibles cerebros del intento del golpe de Estado en julio en Turquía ¿Puede usted garantizar que ni uno de sus seguidores estuvo detrás ni participó?

Gühlen: Si quieren afirmar algo, tienen que probarlo. Como son ellos los que lo afirman, también es su trabajo demostrarlo. Si hubiese gente que participó en el golpe y que me conocía de antes, entonces han traicionado tanto al Gobierno como a mis principios. Yo pido que se cree una comisión internacional que investigue el golpe de Estado para comprender quién participó y cómo fue organizado. Tendría que contar con expertos de Estados Unidos, Alemania, Italia y Holanda. El Gobierno turco ni siquiera ha respondido a la propuesta.

DPA: ¿Acusa usted a Erdogan de haber escenificado en julio el intento de golpe?

Gühlen: Lo he visto hasta ahora como una posibilidad, pero en los últimos días se han conocido tantas pruebas, que ya es una certeza: lo planeó y después sacó provecho de lo ocurrido para ampliar su poder. Al día siguiente miles de personas fueron despedidas (de sus trabajos), muchos fueron detenidos en diversos ministerios, en el Ejército, en la policía, en juzgados, (fueron detenidos) abogados, empresarios, mujeres y niños. Lo planearon durante años. Tan sólo esperó al momento justo. La lógica de esa gente es que esto es el botín de una guerra.

DPA: ¿Cómo ve usted el futuro de Turquía?

Gühlen: Esta gente está fuera de control. No se van a atener a la ley y la legislación internacional no es suficiente para detenerlos. Tan sólo la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN les puede obligar a regresar a las normas y respetar la Constitución. Y no van a abandonar fácilmente lo que han conseguido si no hay presión internacional. Promueven el avance personal antes que los valores éticos. Turquía ya tiene experiencia con la democracia, pero ahora la hemos perdido casi toda. No hay una oposición, no hay ninguna opinión alternativa que se articule.