Guadalajara, Jalisco.
Durante más de una década, Rita Patiño vivió encerrada en un hospital psiquiátrico en Kansas. Fue diagnosticada con una enfermedad mental porque nadie comprendía lo que decía.
Su voz, sin embargo, no estaba extraviada ni rota: hablaba rarámuri, su lengua materna. La confusión, alimentada por el racismo institucional y la negligencia judicial, la condenó a un encierro injusto.
Esa es la historia que el cineasta Santiago Esteinou rescata en el documental "La mujer de estrellas y montaña"s, nominado al Ariel 2025 como Mejor Largometraje Documental.
La historia de Rita llegó a él por casualidad. Mientras leía el libro Nacidos para correr, una línea breve lo detuvo:
“Una mujer corre desde Chihuahua, llegó hasta Kansas y cuando llegó a Kansas fue internada en un hospital psiquiátrico”. Esa frase lo marcó.
A partir de ahí, comenzó un proceso de siete años que incluyó investigación judicial en Estados Unidos, visitas a la Sierra Tarahumara y entrevistas con la familia de Rita. Lograron acceder a expedientes legales de Kansas y Colorado, aunque el hospital psiquiátrico donde estuvo recluida se negó a colaborar.

Cortesía
"El hospital psiquiátrico se negó rotundamente a proporcionarnos cualquier información sobre el caso. Argumentaron temas de privacidad y por esta razón no contamos en ningún sentido con ningún tipo de información proveniente de ellos, con lo que nos encontramos fue con una puerta cerrada.
No obstante, pudimos acceder a toda la documentación del caso, hubo un proceso legal bastante complejo y los documentos de ese proceso son públicos. Entonces los pudimos rastrear, localizar pudimos analizar".
Entre los testimonios más importantes estuvo el de Juanita, sobrina de Rita, quien no sólo ayudó como intérprete, sino que se convirtió en su cuidadora y coprotagonista del filme.
Rita falleció antes de ver terminado el documental, lo que obligó a Esteinou a replantear la estructura del filme. Fue entonces que se incorporó una tercera dimensión narrativa: una recreación ficcionada de la juventud de Rita, que se sumó al documental periodístico y al testimonio de su comunidad rarámuri.
La actriz y directora Ángeles Cruz fue clave en esa transición.
"Ángeles se subió al proyecto de una forma muy creativa, enriqueció muchísimo el proyecto. Nos fuimos a filmar un tiempo a la Sierra y otro tiempo a Estados Unidos.
Durante el proceso hubo mucha improvisación, pero también creo que una colaboración creativa de Ángeles y de todo el equipo que creo que se dio en un buen resultado".
- Actualmente, el documental se exhibe en comunidades rarámuri como parte de una serie de funciones especiales orientadas a restituir la memoria de Rita entre los suyos. La película está disponible en distintas plataformas, como Amazon y Google.
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