La habitabilidad para la Villa Panamericana traerá secuelas graves en 10 o 15 años: Arturo Gleason
UNOPS




Guadalajara, Jalisco.

Los efectos adversos de urbanizar y llevar vivienda a la zona de El Bajío, una área de absorción de agua de lluvia, serán evidentes en un período máximo de entre 10 y 15 años, advierte el investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Arturo Gleason, quien explicó que llenar de concreto El Bajío no sólo provocará mayores inundaciones en la zona Poniente de la ciudad, sino que comprometerá la calidad y disposición del agua para, al menos, 30 por ciento de la población metropolitana que se abastece de los acuíferos.

"Es la misma receta: la Urbanización sin control, sin sensibilidad hídrica, sin esto que es tomar en cuenta la absorción, el tema de la topografía, que es como un tazón, que va a ser un tazón de aguas negras en un momento dado. Entonces, ya pasa, tú ves en todos lados: Plaza del Sol es agua de lluvia, pero con aguas negras; ahora, en un lugar de mil 200 hectáreas concentrada toda la contaminación, o sea, no sólo va a ser superficial, sino también va a contaminar los acuíferos que, por cierto, las colonias que se abastecen de esa agua de lluvia vía acuífero, pues están en la zona Poniente. Por decir algunas: Andares, Colinas de San Javier, Lomas del Valle, toda esa parte del Arroyo de Atemajac y los mismos Colomos van a ser contaminados".

Falta de agua y aguas negras

Arturo Gleason detalló que la Villa no cuenta con sistemas de drenaje, sus aguas negras son almacenadas en fosas sépticas y humedales que, tal como ocurrió durante los Juegos Panamericanos de 2011, que dieron lugar a la construcción de este complejo que ahora será de vivienda, van a verse invariablemente rebasados con las primeras lluvias intensas, lo que provocará que estas aguas negras se filtren a los acuíferos y contaminen el agua subterránea, un agua que, por cierto, no es monitoreada ni revisada en cantidad, calidad y comportamiento, algo que debió suceder antes de avalar los permisos de habitabilidad.

"Tenemos que hacer una moratoria: parar y hacer los estudios para saber la condición del agua subterránea en estos momentos, en términos de calidad, cantidad y comportamiento, para montar un sistema digital que nos permita monitorear las aguas y, ahora sí, determinar el daño de la Villa y de todas las construcciones que están ahí. Esos datos nos darían, le darían al Tribunal, mucha mayor solvencia para decidir si autorizan, o no, una Villa o si van a autorizar las demás demandas de los que quieren construir allí".

Este fallo del Tribunal Administrativo, añadió, representa un atentado ecológico que empeña el futuro de la disponibilidad hídrica de la ciudad, y que hará más notorios los problemas de agua sucia en las viviendas, la escasez del recurso y la contaminación de las aguas subterráneas.


Celia Niño