Port Sudan, Sudán.
Amna Ishaq ya no puede alimentar a sus hijos "más de una vez por día, y a veces ni una", consecuencia de la devastadora guerra en Sudán que el 15 de abril cumple un año.
"Todos estamos enfermos junto a nuestros hijos. No tenemos nada que comer y el agua que conseguimos está contaminada", comentó Ishaq a AFP en un campamento para desplazados en la región occidental de Darfur, donde todavía se recuerda la hambruna provocada por un conflicto armado anterior que duró del 2003 hasta el 2020.
"Una generación entera podría ser destruida" por esta nueva guerra, advirtió la ONU.
Millones de niños desplazados pasan hambre o, amenazados de muerte, son forzados a combatir o a contraer matrimonio, advirtió la ONU.
Cuando estalló la guerra el 15 de abril de 2023 entre el ejército de Abdel Fattah al Burhan y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), diplomáticos y trabajadores humanitarios abandonaron el país y dejaron de atender a los más vulnerables.
- Saqueos, combates, ataques aéreos y carreteras cortadas por facciones en pugna dejaron aisladas a todas las regiones de Sudán, un país en el noreste africano más extenso que Perú.
La ONU ha dicho que sólo ha podido acceder al 10% de los 48 millones de habitantes, con el país al borde de una hambruna.
En Otach, un campamento de desplazados instalado hace dos décadas en Darfur del Sur, donde Ishaq se refugió con su familia, ya no llegan raciones de papilla de maíz.
Unos "222.000 niños podrían morir de hambre en unas semanas o meses", y "más de 700.000 (morirán) este año", alertó la ONU.
Según Médicos Sin Fronteras (MSF), al menos un niño muere cada dos horas solo en el campo de desplazados de Zamzam, en Darfur del Norte.
Y en el campo de Kalma, en Darfur del Sur, el grupo humanitario Alight afirmó que "más de dos niños mueren cada 12 horas".
Niños vendidos
La publicación médica The Lancet informó de que el pequeño hospital pediátrico Al Buluk, en la capital Jartum, recibe "unos 25 niños por desnutrición severa cada semana, y dos o tres de ellos mueren".
En todo el país unos tres millones de niños sufren de desnutrición y 19 millones no van a la escuela, según la oenegé Save the Children, lo que pone en peligro el futuro de un país donde 42% de la población tiene menos de 14 años.
- Desde antes de la guerra, casi la mitad de los niños sudaneses presentaban crecimiento reducido y 70% no podía leer o entender frases simples, según la organización.
Adam Regal, portavoz del grupo humanitario sudanés Coordinación General para Refugiados y Desplazados en Darfur, afirmó que ha visto morir a decenas de niños.
Culpó a "la terquedad" de los bandos en guerra, y aseguró a AFP que "ya no llegan alimentos y ayuda humanitaria" por la falta de acceso.
Una fábrica de Jartum que produce suplementos alimentarios para niños fue destruida por bombardeos y fábricas de vacunas para recién nacidos han sido saqueadas.
Enfermedades como cólera, sarampión y malaria prevalecen en el este del país.
Ante los horrores de la guerra, organizaciones sudanesas advierten que cada vez más familias "venden" a algunos de sus hijos para poder alimentar a los otros.
Una entidad humanitaria local reportó que un hombre vendió a su hija de 15 años por unos sacos de granos en un mercado.
Según la ONU, niñas y mujeres jóvenes han sido víctimas de "secuestros, matrimonios forzados y violencia sexual ligados al conflicto en Darfur y el estado de Al Jazira", al sur de Jartum.