Guadalajara, Jalisco.
El mejor ejemplo de la disputa de las aguas de las cuencas del país, lo escenifican los estados de Guanajuato y Jalisco.
Una manzana de discordia ha sido por décadas la cuenca Lerma-Chapala-Santiago, misma que riega unas 700 mil hectáreas y sirve al Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Nayarit.
Se trata de la cuenca más grande de México que recorre 708 kilómetros hasta el lago de Chapala y 475 kilómetros desde ese punto hasta su confluencia en el Océano Pacífico.
En varias ocasiones en décadas pasadas, agricultores guanajuatenses cerraron las compuertas de las presas en ese estado para impedir que las aguas del Río Lerma llegaran al lago de Chapala lo que provocaba severas crisis en ese vaso que es la principal fuente de abasto de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Y el segundo motivo de conflicto, fue el debate por utilizar las aguas de la cuenca del Río Verde para llevar agua a la sedienta ciudad de León, Guanajuato.
De acuerdo con el decreto de 1995 cuando el presidente Ernesto Zedillo declaró reservada la cuenca del Verde para uso doméstico y urbano, el reparto de las aguas de la cuenca sería para Jalisco con un 76% y Guanajuato con un 24%, con 119 millones 837 mil metros cúbicos de agua para Guanajuato y 372 millones 139 mil metros cúbicos para Jalisco.
En 2003, durante el gobierno de Francisco Ramírez Acuña, Guanajuato y Jalisco acuerdan intercambiar agua a través de trasvases de cuencas, en un intento por terminar con la eterna disputa por las aguas del lago de Chapala.
En San Nicolás, municipio de Jalostotitlán, se construiría una presa con una cortina de 65 metros y un acueducto de 100 kilómetros para llevar agua a León. Una vez utilizadas, las aguas regresarían a Chapala por medio del río Turbio.
Habitantes de San Nicolás y San Gaspar se opusieron y el proyecto fue cancelado. El primero de septiembre de 2005, la Comisión Nacional del Agua y ambos gobiernos estatales, firman un acuerdo en el cual se determina la construcción de la presa El Zapotillo, en Temacapulín, municipio de Cañadas de Obregón.
Se trataba de una cortina de 80 metros que otorgaría 3.8 metros cúbicos por segundo para León, Guanajuato y 1.8 metros cúbicos para poblaciones alteñas de Jalisco.
Pero el 16 de octubre de 2007, ya en el gobierno de Emilio González Márquez, se firma un nuevo acuerdo donde se determina aumentar la cortina de 80 a 105 metros, para que de esta manera pudieran destinarse 3 metros cúbicos de agua para la zona metropolitana de Guadalajara.
Aunque la presa comenzó a construirse, tuvo que ser suspendida. El acuerdo de 2007 sería anulado mediante una controversia constitucional del Congreso de Jalisco y la Suprema Corte de Justicia, ordenaría que regresara la cortina a 80 metros como establecía el acuerdo de 2005.
Pero el proyecto de la presa El Zapotillo se mantenía vigente como también la construcción de un acueducto para llevar agua a la ciudad de León, Guanajuato y con esto frenar la eterna disputa por el líquido de las dos cuencas.
Considerado el mayor productor agropecuario del país, la región de Los Altos de Jalisco aporta el 20 por ciento de la carne, leche y huevos que se consumen en México y sus habitantes consideraban una amenaza el posible trasvase del agua del Río Verde para la ciudad de León, Guanajuato.
A esto se sumó la aguerrida defensa de los habitantes de los pueblos que serían inundados por la presa El Zapotillo, por lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordena la cancelación del acueducto que llevaría el agua a León, reduce el tamaño de la cortina y el agua se queda en Jalisco.
Pero la disputa de Guanajuato con Jalisco por el agua de dos cuencas, no es ficticia.
Efectivamente la ciudad de León padece una eterna sequía por el grave estrés hídrico que enfrenta, derivado de la explotación de las aguas subterráneas que emplean para dotar de agua a la ciudad.
Cada año baja el nivel de los pozos en 1.5 metros y esto ha motivado que el servicio de agua llegue a las casas 10 ó 12 horas al día, pese a todo gracias a programas de cultura del agua han conseguido reducir el consumo individual a 136 litros por día, mientras que el promedio nacional supera los 200 litros por persona.
León consume 85 millones de metros cúbicos anuales y la concesión que le otorgaron de las aguas del Río Verde es por 119 millones de metros cúbicos que le permitirían dar respiro a los mantos freáticos y permitir su recarga.
Y aunque el presidente decidió cancelar los volúmenes y el acueducto para León, no fue derogado el decreto de 1995 que les otorga el líquido de la cuenca del Río Verde.
Es decir, que jurídicamente, Guanajuato aún puede reclamar esa agua.
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