Los aficionados a la alta joyería están de enhorabuena. Las tradicionales subastas de noviembre en Ginebra ponen en venta piezas antiguas y otras inspiradas en modelos de antes, aunque sólo aptas para bolsillos abultados.
Dos grandes casas de subastas, Christie's y Sotheby's, esperan con estas propuestas batir récords en un mercado alicaído desde hace unos meses.
Unos pendientes, bautizados poéticamente como "Espejo del Amor", figuran entre las piezas más caras. Están compuestos por un par de diamantes, más grandes que los huevos de codorniz, de un peso de 52,55 y 50,47 quilates. Christie's los subasta el martes y espera obtener entre 20 y 30 millones de dólares.
Llevan la firma de Boehmer y Bessenge. Es uno de los últimos en entrar en este selecto círculo y lo ha hecho tomando prestados los apellidos de joyeros famosos en la corte del rey de Francia en el siglo XVIII.
En 1772, el rey Luis XV encargó a estos joyeros el famoso "collar de la reina", compuesto por 2.840 quilates de diamantes, para su favorita Madame du Barry.
La casa Boehmer y Bessenge es propiedad de un diamantista de Amberes que eligió las subastas para darse a conocer.
Presenta sus dos primeras creaciones, vendidas por Christie's sin un precio de reserva: los pendientes y un collar de diamantes blancos y rosas llamado "el jardín de Isabel" y estimado entre 8 y 12 millones de dólares.