Investigadores del CUCiénega crean dos dispositivos para aminorar el efecto o el uso de agroquímicos
Dispositivos creados por investigadores del CUCiénega




Ocotlán, Jalisco

En el campo, existen diversas problemáticas a las que las y los agricultores se enfrentan en su día a día, por ejemplo, el exponerse directamente a los agroquímicos con los que fumigan sus campos de cultivos, y las plagas, por ello, en el Centro Universitario de la Ciénega, un grupo de investigadores crearon dos dispositivos, los cuales recibieron sus respectivos títulos de Modelo de Utilidad ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para afrontar ambos temas. 

Uno de los dispositivos es una mochila fumigadora, con la cual esperan reducir la exposición de quien la usa a los agroquímicos, por los daños a la salud que podría presentar a largo plazo. Joel Hinojosa explicó el funcionamiento:

“A pesar de que ya hay muchos dispositivos similares, tiene la ventaja de que tiene cierta protección para el operador que la lleve

tiene un dique protector que cuando el operador va caminando, no se derrama el líquido sobre su espalda, ese dique lo encontramos en la parte superior, al momento de derramar el líquido cae por unas canaletas y va directamente al suelo”. 

Además, cuenta con un sistema de homogeneización interno, lo que permite rociar una mezcla totalmente homogénea. La pistola es automática y tiene una bomba reguladora de flujo y un sensor que detecta la velocidad del usuario para esparcir la cantidad correcta de líquido. 

También cuenta con un sensor de geoposicionamiento global para que el operador pueda saber en qué áreas ya fue aplicado el producto y alarmas sonoras que avisan cuando se termina el líquido, ahorrando tiempo para el operador.

Otra problemática muy presente en sembradíos de la región es el gusano cogollero, el cual causa pérdidas importantes en los cultivos. Para poder combatirla de una manera menos intrusiva en las plantas o que causen menos impacto con los insecticidas, desarrollaron este otro modelo de utilidad:

“Trabajamos con atractores físicos y atractores de alimento, la trampa en la parte superior tiene sensores de humedad, temperatura y de luz

quiere decir que con los sensores de luz, como la palomilla es de hábitos nocturnos, en la mañana, las compuertas que tiene la trampa están cerradas, esto nos ayuda a que insectos polinizadores no entren a la trampa y se mueran en ella, esa es la parte ecológica que queremos beneficiar, el no atrapar insectos benéficos para la agricultura, solo los de puro interés”.

Al momento de caer la noche, los focos de la trampa se encienden y las compuertas se abren para atraer a los insectos plaga, también cuenta con una charola donde se coloca una solución atractora para el gusano cogollero. 

Esta trampa puede ser usada para monitorear el terreno previo a la siembra y evitar la propagación de la plaga. De igual manera, puede ser utilizada durante todo el tiempo de siembra y con la ayuda de los sensores de humedad y temperatura, se pueden conocer las condiciones que están fomentando el desarrollo de la plaga. 

Si se posicionan varias trampas en el terreno, también puede ser utilizada como medida de control. Este dispositivo también cuenta con sensor de geoposicionamiento, con esto logran monitorear las áreas que tienen más presencia de plagas.

Joel Hinojosa, expresó una de sus motivaciones para realizar estos dispositivos:

“El hecho de que desarrollemos una trampa que te sea posible utilizar un biocontrol más adelante, en lugar de un agroquímico, tanto al consumidor como a quien lo aplica reduciría el uso de agroquímicos por ende el riesgo de una intoxicación

también, dicho agroquímico no entraría a la cadena alimenticia, ya sea para ganado o para los humanos, entonces desde mi área estoy aplicando parte de la trayectoria que he tenido en inocuidad de los alimentos”. 

Por su parte, Cuauhtémoc Acosta recalcó que su mayor interés es apoyar al campo mexicano innovando con tecnologías que faciliten las labores y contribuyan a la conservación del medio ambiente.