La ilusión se dispara en Nueva Zelanda ante la final del Mundial de rugby
JULIEN DE ROSA / AFP




Wellington, Nueva Zelanda.

La ilusión neozelandesa se eleva sin parar, alimentada por las declaraciones de un excapitán de los All Blacks que prevé una final "espectacular" contra Sudáfrica y con la compra masiva de billetes para ver el partido a distancia en Eden Park.

  • Los All Blacks y los Springboks se verán las caras el sábado, en el Stade de France en París, para que uno de los dos combinados pase a ser el primero con cuatro títulos mundiales en sus vitrinas.

Sean Fitzpatrick, exjugador de los "Blacks" campeón del mundo en 1986 y capitán del equipo que perdió la corona contra Sudáfrica en la final de 1995, anticipa un partido majestuoso.

"Es un gran partido. Será una final espectacular que enfrenta a dos de las mejores naciones del rugby desde hace años", explicó.

En agosto, Nueva Zelanda sufrió una derrota histórica, 35-7, contra Sudáfrica en un partido amistoso antes del Mundial.

El combinado oceánico de Ian Foster atravesó un inicio difícil durante el Mundial, perdiendo en el primer partido contra Francia. Pero los All Blacks se han ganado un hueco en la final después de la trabajada victoria contra Irlanda en cuartos de final antes de aplastar a los Pumas en la semifinal.

"Este equipo es increíble por lo que han conseguido en cinco semanas. Es un equipo diferente del que se enfrentó a Sudáfrica", comentó el excapitán durante una entrevista telefónica con la AFP.

El tercera línea Shannon Frizell y el segunda línea Brodie Retallick, los dos de baja durante la derrota contra los Springboks, ya están de vuelta sobre el terreno. El pilar Tyre Lomax lesionado durante el último partido contra los Springboks debería unirse de nuevo a los melés.

  • El estadio Eden Park en Auckland, donde los All Blacks juegan sus partidos como local, organiza una difusión gratuita y pública de la final.

Bronwynne Hows, responsable de la comunicación del estadio, anunció a la AFP que cerca de 10.000 tickets fueron distribuidos el martes, y que se espera un total de 20.000 espectadores para el partido, en la mañana del sábado.

"Tiene que ser enorme saber que el país entero está con ellos", dijo.

Emily McDonald, fan que vive en la capital Wellington, se tatuó en el muslo, antes incluso de la semifinal contra Argentina, a un All Black celebrando la victoria en el Mundial.

En este país apasionado por el rugby, cinco millones de neozelandeses se reunirán en casas, bares y pubs para ver a sus héroes en la final, el sábado, a las 08h00 locales.