Friendship Park: un espacio para unir corazones más allá de la frontera
Foto tomada de Facebook: Friendship Park / El Parque de la Amistad




Tijuana, México.

Aunque divididos por un muro, no impedía el fuerte abrazo entre migrantes y sus familiares y amigos, antes de ser cerrado en 2020 por la pandemia.

Vicente Calderón de la Voz de América comparte algunos de los relatos de esperanza que aún se respiran con el objetivo de que, algún día, dejen de ser sueños para convertirse en realidades.

En el extremo oeste de la frontera entre México y Estados Unidos, el muro que divide a ambos países se interna en el mar.

Pero antes de que las olas del océano Pacifico golpeen sus barrotes, esta cerca metálica atraviesa el Parque internacional de la amistad o Friendship Park.

“Este parque fue dedicado con un concepto diferente de la frontera, un concepto en que la unión de las familias, la idea de entablar amistades y conocernos y colaborar para mejorar nuestra región también forma parte de la seguridad”.

Las personas que no pueden cruzar la frontera han encontrado en este sitio el lugar perfecto para la convivencia binacional. Sin embargo, el endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses ha ido restringiendo los encuentros y las reuniones familiares de hace años atrás, ahora son solo recuerdos.

“Durante un festival ambiental que pasa dos veces al año aquí en Tijuana, niños de escuelas de los dos lados de la frontera, como parte de un proyecto que se llama Border Encuentro, se unieron y plantamos plantas nativas de la región y con la idea de establecer un espacio donde la gente pueda entablar amistades a través del muro y promover la flora nativa de la región”.

De esos sueños, hoy día solo queda el jardín del lado mexicano, debido a la expansión del muro fronterizo y el aumento de las restricciones por parte de autoridades estadounidenses.

“Hace menos de 20 años, esos dos muros no estaban y este lugar era un parque y hace 50 años, se dedicó para ese propósito. Vino la Primera Dama de los Estados Unidos como para inaugurar como parte de la inauguración”.

Y una placa del lado mexicano lo confirma. Puede verse a Pat Nixon, la esposa del presidente, cuando en 1971 visitó el parque y solo un alambre de púas marcaba la frontera.

“Ella y su seguridad interna, coordinando con el alcalde de Tijuana, dejaron a ella cruzar para saludar a gente de este lado. Había cientos de personas y entonces fue como, supuestamente, el inicio de un lugar de amistad”.

Aún hoy día, el lado mexicano recibe a diario visitantes y turistas que desean ver el muro.

“¡Nos causa mucha curiosidad! Siempre se ha escuchado y nos ha causado mucha curiosidad y desde el primer día que llegué he querido venir”.

De hecho, artistas locales y autoridades lo han ido modificando con elementos para el disfrute y la reflexión… el más nuevo es este pedazo del muro de Berlín.

Un contraste notorio con el otro lado. 

La mayor parte de este terreno es un parque estatal en medio de la naturaleza del Valle del Río Tijuana; pero el último tramo -hasta la playa - es federal y está custodiado permanentemente por la Patrulla Fronteriza.

Aún así en años recientes, y ya con algunas restricciones el departamento de Seguridad Nacional abría estas puertas para permitir que algunas familias pudieran abrazarse por unos minutos.

“Casi 12 años tenía sin ver a mi hijo y abrazarlo ahorita fue algo maravilloso abrazar a mis nietos y pues no pude abrazar a mi nuera, pero abracé a mis 3 nietos y a mi hijo y fue una felicidad muy grande”.

“He visto a muchos, muchas familias que han traído sus bebés para presentarlos por primera vez a sus abuelos”.

Actualmente, la realidad del parque es muy lejana a la idea con la que se concibió… las personas que aquí acuden no pueden ni siquiera acercarse para tocarse los dedos, a través de las pequeñas rendijas del reforzamiento del muro.

La Patrulla Fronteriza mantiene cerrada la reja que instalaron para controlar el acceso por San Diego y las obras para reemplazar la barda por una más alta, destruyeron los murales y mensajes plasmados y que se volvieron parte del paisaje del parque del lado mexicano.

“Es como una muerte de mil pasos.  Cada vez están negando más o están restringiendo más”. 

“Cuando viene la gente miran el nuevo muro, se mira muy feo, entonces la idea es tratar de desvanecerlo a través del arte”.

Los amigos de Friendship Park, siguen peleando por la amistad. 

Recientemente hubo un concurso de proyectos de diseño arquitectónico para el futuro del parque… ésta es una de las visiones ganadoras: la construcción de un muelle circular en la playa de Imperial Beach que estaría conectado mediante un andador que terminaría rodeando la plaza de Toros en Tijuana.

  • Es una idea ambiciosa, pero hace mucho que los activistas sueñan con ejercer aquí la fraternidad transfronteriza.

Por Vicente Calderón, Voz de América, Tijuana, México